miércoles, 26 de agosto de 2015

La fundición

Una vez se tiene el original, hay que fundirlo y pasarlo a metal. Aquí es donde se juega todo, por que cualquier fallo o problema puede dar al traste con el trabajo realizado.

El primer paso para fundir el anillo de cera es montarlo en un arbol con una base de goma donde poner el cilindro de metal. Se añaden los bebederos, yo he utilizado tres bebederos de tres anillos más finos y los he soldado con cuidado a la parte posterior del craneo, asegurándome de no tocar ninguna parte dificil de repasar. En el montaje al cilindro no hay secreto ni complicación. Se suelda el arbol de cera a la goma, se recorta, y con el soldador se hace un agujero en él para introducir el bebedero de la pieza mientras la cera aún esta caliente, luego se termina de soldador para asegurarse de que queda bien cogido y sin oquedades. Aquí esta con otra pieza. El peso de metal necesario se calcula ahora, pesando la goma con el arbol montado y descontado el peso de la goma sin nada. La diferencia se multiplica por 10.5 en el caso de hacer una fundición en plata o 15.5 si es en oro, y hay que añadirle un 25 % de peso para hacer el boton. A título de curiosidad: mi experiencia me dice que por poco que pese la pieza con árbol y boton, las fundiciones por debajo de los 20 gramos suelen tener problemas y defectos.
El  siguiente paso es poner el cilindro de acero, hacer la colada de yeso, el vacio y luego directo al horno tras dejar que se seque el yeso y quitar la goma. Se podria pasar por la licuadora para sacar toda la cera posible, pero en el cas ode piezas originales mi experiencia con la licuadora es mala. Sea por mala pata o por algún problema técnico, lo cierto es que tras pasar por la licuadora todas las piezas originales me han salido con problemas.
El horno se ha de programar para hacer una subida lenta, especialmente en las primeras fases, con ascensos a 150 y 200 grados y permanencia de un par de horas en cada caso. A 150 grados la cera se deshace y fluye, y a 200 grados se calcina el resto (un 10 % de la cera original, aproximadamente). Si la subida es muy rápida se arriesga a que la cera arda dentro del cilindro y queden defectos importantes.

 El proceso de curado del cilindro dura unas cuantas horas, normalmente se deja por la noche al cerrar y el programa hace que suba la temperatura (hasta 750 grados) a lo largo de varias horas. Tras un periodo de estabilización (suele haber una diferencia importante de temperatura entre el interior del horno y el interior del cilindro y requiere algún tiempo que este último alcance al primero), la temperatura debe bajarse para poder realizar la inyección por centrifugado. Al llegar por la mañana el programa puede estar realizado (si es un cilindro pequeño, de 70 X 100) y se puede pasar al proceso de inyectado por centrifugado. Si el cilindro es más grande (digamos 100 X120) el proceso puede durar hasta doce o más horas (siempre se puede reducir el tiempo, pero a veces por un par de horas menos, el resultado puede dejar que desear y si el horno es pequeño se puede comprobar que el programa va por delante de la temperatura que deberia marcar).

La bajada debe realizarse a la temperatura de inyección, que en los libros de Jorge Alsina Benavente, un respetado entendido de la materia, dice que debe situarse entre los 375 y los 420 grados en el caso de la plata. Sinceramente yo jamás he conseguido fundir a esas temperaturas, lo más bajo a 450 y era una pieza gruesa, y algunas fundiciones a tempraturas tan altas como 600 grados (eran piezas muy finas y largas). En este caso la fundicion es a 570 grados.

Se monta el contrapeso a la distancia correcta para que la maquina de centrifugado no de sacudidas, se coloca el crisol de plata en su soporte (hay un crisol para cada tipo de función, no conviene mezclar metales) y con el soplete se calienta el metal hasta fundirlo. Tanto si es plata recuperada como si es de granalla con aleación, nueva de trinca, conviene fundirla antes y hacer un lingote, que es el que se usara para el inyectado. La fundición tiene que ser limpia y, a ser posible, no utilizar borax o fundentes, los residuos que se forman pueden inyectarse junto al metal y dejar oclusiones y poros después del decapado.
Se saca el cilindro del horno (que suele estar al rojo, pero más apagado que cuando estaba a 750) y se coloca en el soporte. Una vez apretado y ajustado, hay que asegurarse de que el metal esta liquido y sin residuos flotando encima (debe parecer la yema de un huevo frito) y entonces se le da al mando de la centrifugadora para que empiece a dar vueltas.

Debe estar centrifugando un periodo de entre cinco y ocho minutos según el manual. A la práctica si se saca demasiado pronto el metal queda muy blando, e incluso puede sufrir fracturas o quedar poroso al contraerse cuando se enfrie al meterlo en agua. Si se deja más tiempo del "necesario", lo único que ocurre es que luego habra que rascar más el yeso para quitarlo de las piezas. Mientras gira se prepara el cubo con agua (yo dejo una capa de yeso de otras fundiciones en el fondo por si el cilindro se escurre y cae al fondo, para que no queme el plástico) y me aseguro de que el horno esta bien cerrado y además apago el programa.
Después de un rato largo dando vueltas en la centrifugadora, se saca el cilindro y se mete en agua. Con ayuda de una navaja o un cuchillo se rompe la capa de yeso y con cuidado de no dejar ninguna marca en las piezas, se saca el arbol. Normalmente después de dejarlo en el agua unos pocos minutos se puede coger el cilindro con la mano, si se nota que el calor vuelve a subir, se sumerge de nuevo, pero hay que recordar que el interior esta a varios cientos de grados. Lo que esta frio o a temperatura ambiente es el exterior, que al sacarlo del agua vuelve a subir con cierta rápidez. Conviene irlo sumergiendo y sacando para ir rompiendo el yeso con la navaja. Una vez se tiene el arbol y esta convientemente enfriado se limpia de yeso con un cepillo de limpiar las uñas y un cuchillo (yo uso uno de de plástico para no rayar las piezas). Una vez limpio se deja en el baño decapante para eliminar el óxido, aunque algunas fundiciones quedan de un color blanquecino metálico.
Estas son las dos piezas, en plata, con árbol y apoyadas sobre el botón. Ahora hay que cortar y repasar en metal.


jueves, 6 de agosto de 2015

Modificando el original.


Visto lo endeble de la cola, hay que proceder a modificarla. Contrariamente a lo que se pueda pensar no es tan complicado. Basta con coger el trozo de cera recortado, que se adapta al lado izquierdo del anillo y con la sierra de arco cortar la parte adecuada para hacer el brazo más ancho. Luego con cuidado se procede a soldarla al modelo, pero por el interior para evitar que las gotas de cera y la punta caliente del soldador estropeen detalles. Hay que añadir gotas de cera con ayuda del soldador, procedentes de cualquier trozo de deshecho (asegurándonos de que no se tiene que volver a utilizar y que no hara falta posteriormente), extenderlas y asegurarse de que todo el conjunto queda bien soldado.
Luego con cuidado se procede a hacer una "copia" de la cola y convertir el aguijon original en parte de la cola. Se retoca con cuidado, dejándolo lo más igual posible, con el mismo aspecto esquelético que la vuelta original, con bisturi y buril. Se da forma al nuevo aguijon en el final de la cola y se repasa la parte interior del anillo para dejar las menos protuberancias posibles, hay que eliminar los goterones de cera y ver que todo haya quedado bien soldado, y sin burbujas ni poros. Si es necesario se ha de volver a soldar de nuevo hasta que todo quede correctamente. Tambien hay que proceder ya a vaciar el interior del anillo, usando una fresa de bola con un micromotor de mano. En teoria se puede hacer una pieza maciza, pero a la práctica la fundición de piezas gruesas suele dejar poros y contracciones bastante visibles... a menos de que se utilice una fundidora al vacio con argón, pero el precio del equipo se suele ir de presupuesto para la mayoría de los talleres.
Con un pincel suave se elimina todo el polvillo y con el soldador y dos gotas de cera se hacen los ojos a ambos lados de la cabeza. Cuando ya se tiene toda la pieza, hay que darle el acabado final, con ayuda del smoothy, un lapiz de aire caliente con gas de mechero que suaviza la superficie, eliminando rayas y poros. El problema es que tambien se lleva muchos detalles, por lo que su aplicación debe hacerse con cuidado, o nos arriesgamos a deshacer mucho trabajo. Otra solución es usar la llama de un mechero, pasando la pieza por encima con rápidez. Al final la cera ha de quedar brillante. La cera verde se puede pulir, pero los detalles se pierden, hay que ser cuidadoso.
La pieza ya esta lista para fundirla en metal y hacer el molde.