viernes, 30 de octubre de 2015

Haciendo el molde del Angel Lloroso.

La razón por la que se corrigen defectos en vez de rehacer la pieza es que esta no esta destinada a la venta directa. Es un prototipo para hacer otras mediante un molde. Por tanto es irrelevante si quedan algunas manchas por el color de la soldadura o hay que tapar poros: el molde saldra igual, siempre y cuando la pieza quede bien acabada. El molde no solo reproduce la pieza hasta el último detalle, también reproduce sus defectos, como marcas de lima, oquedades o restos de soldadura, pero no manchas o decoloraciones. Para hacer el molde se utiliza la pieza, un marco de aluminio rectángular y la silicona, que es una especie de plastelina que se vulcaniza a 110 grados. Es silicona azul, con menor grado de reducción (el molde reduce la pieza en aproximadamente un 7 %, aunque algunas siliconas reducen mucho más), y que se moldea con facilidad.
Haciendo el molde del Angel Lloroso.
Se rellena la parte posterior con silicona y se coloca una capa de silicona en el marco, poniendo una chapa de aluminio plana debajo para evitar que la silicona se pegue luego a la máquina de vulcanizar. La silicona se puede cortar muy facilmente con el bisturi y se pueden usar pedazos que hayan sobrado de otras operaciones. La pieza se pone sobre esa capa y como bebedero se utiliza un trozo de clavo recortado a la medida adecuada. Es un bebedero grueso, pero la pieza en si es bastante grande y fina, por lo que requiere una buena entrada. El bebedero se recupera luego en la fundición y añade peso al árbol, si fuera de oro habría que mirar más si conviene uno más delgado, pero aquí no vale la pena correr riesgos. Luego se añade otra capa encima y se termina de recubrir con más silicona para rellenar bien el hueco del marco. Luego se coloca otra plancha de aluminio encima y se pone en la máquina de vulcanizar. Teoricamente durante diez minutos por capa (en realidad son diez minutos a partir del momento en que alcanza la temperatura adecuada), pero se suele dejar durante hora y media o así. Por estar más tiempo no le ocurre nada al molde.
El molde en la vulcanizadora
Cuando ya se ha vulcanizado se saca el molde y se quitan las chapas de aluminio mientras aún esta caliente (cuestan mucho de sacar si estan frias por que el molde se agarra con fuerza a las superficies a las que esta pegado y sin huecos de aire) y el molde se deja enfriar entonces. No es conveniente abrirlo antes de unas dos o tres horas, tras enfriarlo en agua, y si se puede dejar durante un día o dos, mucho mejor. Ya se habra contraido todo lo necesario.
El molde de silicona.
Una vez el molde esta frio es una goma dura pero elastica, y hay que abrirlo para sacar la pieza. Con unos alicates se estira el trozo de clavo que sirve de bebedero y con el bisturi y una hoja nueva (no es bueno usar a misma hoja para abrir dos moldes por que pierde rápidamente el filo y cualquier toque con alguna parte metálica estropea la hoja con rapidez, y de hecho en moldes grandes se utilizan varias hojas) se procede a abrirlo.

Se sujeta el molde en un tornillo (si es grande, si es pequeño se puede abrir directamente sin más problemas) y con el bisturi se dibujan los contornos de apertura, haciendo dientes de sierra (no excesivamente agudos) para que luego encaje bien y no se mueva, ni resbale una mitad sobre la otra. Se hace un corte circular en la apertura del bebedero para hacerlo más cónico y grande para que se adapte a la boquilla de la inyectora de ceras. Despues se corta a lo largo del hueco del bebedero hasta tocar la pieza y poco a poco se va estirando una mitad para separarla a medida que se corta (el interior en forma lo más plana posible para no crear rebabas que afecten a la pieza). Al acercarse a la pieza se procura separarla a ras de la parte inferior para dejar las menores rebabas posibles. La pieza tiene que salir lo más limpiamente posible y repasarse luego con el menor esfuerzo, aunque a veces esto es más dificil de hacer que de decir. Cuando las dos mitades estan separadas, con cuidado se tira de la pieza y se dobla la mitad del molde para poder trabajar y con un corte en vertical lo más recto posible se hace la apertura para que salga el gancho posterior. Luego bastara combar esta mitad del molde para que salga la pieza con el gancho sin el menor problema. El último paso es recortar el trozo de silicona que queda entre el bebedero y la pieza para que entre la cera. Una solución más limpia a esto es soldar el bebedero directamente a la pieza antes de hacer el molde, pero no siempre es posible.
El molde abierto del Angel que Llora.
Completada la apertura, ahora solo hace falta la inyectora de ceras, una máquina que calienta la cera a una temperatura predeterminada y dónde se inyecta a presión en el molde por medio de una boquilla. Hay distintos tipos de máquinas de esta clase, desde las más sofisticadas y caras (de hasta 10.000 euros, con bomba de vacio, control de tempertura en boquilla, robot inyector y programa digital) hasta las más sencillas (de 600 euros, con simple bomba de aire). La calidad depende mucho de la máquina y del tipo de pieza, pero indistintamente de que luego exija cierto trabajo de repasado todos los tipos son validos. Con el molde y la inyectora se pueden hacer cientos de copias, mientras el molde aguante. Y cuando se estropee por el uso, si se guarda la pieza original, se puede repetir el molde. Si hay que hacer muchas piezas, se pueden hacer dos o más moldes. Se inyecta a temperatura y presión adecuada, se deja enfriar la cera (por eso varios moldes si hay que hacer muchisimas), se separan las dos mitades y se extrae la cera. Si la cera esta muy caliente y no se deja enfriar, se puede deformar la pieza. Si esta muy fria y hay que tirar o hacer presión, la cera de inyectora suele ser quebradiza. Hay distintos tipos de cera, pero lo mejor es usar una que se deforme poco al enfriarse, especialmente si se trabaja con piezas más bien planas. Luego, aparte de eliminar las rebabas, se examinan las ceras a contraluz para comprobar si junto con la cera se ha inyectado aire y presentan burbujas, las piezas con burbujas de aire se desechan inmediatamente, igual que las que hayan salido incompletas, con aguas o rebabas pronunciadas (una cosa es eliminar una fina piel que haya quedado entre las dos mitades del molde y otra muy distinta que por un mal corte de bisturi quede un escalón en la misma pieza). A menos que sea una pieza muy complicada no vale la pena perder el tiempo en retoques.
Ceras de los Angeles que Lloran.
El resto sigue las mismas pautas de fundición que cualquier otra pieza, ya solo falta la producción seriada. Algunos defectos se pueden corregir en el molde, bien con el bisturi, bien con una lija fina. Con los antiguos moldes de caucho era posible retocarlos con un soldador de cera, derritiendo el caucho, pero con la silicona no suele quedar bien. En todo caso si el original esta bien terminado, los retoques del molde han de ser pocos o ninguno. Las piezas de cera que salen del molde son algo más pequeñas que el prototipo y, en teoria, más ligeras de peso. A la práctica esto último no siempre se cumple por que, en las inyectoras más sencillas, las piezas grandes y finas solo salen si se inyecta a mucha presión, por lo que las dos mitades del molde tienden a separarse, a hacer grandes rebabas y que el grosor de la pieza suele ser mayor que la del original.

Con esto el prototipo ya queda terminado, el molde en condiciones y la producción lista para cualquier pedido que se haga. En la fundicion de las piezas destinadas a la venta si que las piezas defectuosas se desechan sin ser corregidas, sencillamente es más económico hacer una nueva que perder el tiempo corrigiendo defectos, aunque esto no implica que las piezas no necesiten un repasado y un pulido para eliminar rebabas que hayan podido quedar y los restos del bebedero.
Prototipo del Angel que Llora sobre dibujo a sanguina en papel azul DINA4.


miércoles, 28 de octubre de 2015

El Angel Lloroso finalizado.

Cuando ya se han grabado correctamente las alas, con un dibujo lo más simétrico posible y con cierta profundidad para que no se borren al primer pulido, se procede a calentar el lacre para soltar la pieza y a limpiarla con alcohol para eliminar restos de lacre. Luego hay que hacer un vaciado y acabado de la pieza.
Dibujando las plumas del Angel Lloroso

Para el vaciado se utiliza el micromotor, fresas de bola de distinto diametro según convenga y el dixiem, el instrumento para medir espesores. Con cuidado para no pasarse de la raya se va vaciando por detrás, adelgazando las paredes allí dónde tiene mayor grosor. Hay que procurar que no se escape la fresa para dejar la pieza señalada, ni tampoco pasarse y hacer un agujero. El vaciado se realiza para lograr un peso adecuado. Si se realiza en plata no tiene demasiados problemas, a 45 centimos el gramo, hay que pasarse mucho para que tenga efecto, aunque siempre es posible ahorrar algún euro. Cuanto más delgada la pieza, mejor, pero respetando unos grosores mínimos de seis o siete décimas. En este caso la pieza tiene unos grosores aproximados de un milímetro. Más en algún punto, menos en otro, con un peso aproximado de nueve gramos.
Vista posterior del Angel Lloroso.
Cuando se ha dejado a un peso aceptable, entonces hay que soldarle un gancho detrás para poder pasar una cadena. Es un gancho fijo en forma de asa, hecho con hilo de plata y soldado, carece de movilidad y permanece oculto detrás del angel. Ademas se coge una fresa de bola pequeña y se da el acabado rugoso caracteristico de estas piezas.
Vista posterior del Angel Lloroso, con gancho y acabado.     
Luego se le da el último pulido, en este caso han aparecido algunos poros, uno de ellos muy visible en la falda del vestido, que se ha tenido que tapar con algo de soldadura. En circunstancias normales, este tipo de problemas requeririan volver a repetir la pieza, pero en este caso tiene menos importancia por razones que luego se veran. Finalmente la pieza queda bien pulida y lista para la siguiente fase.
Angel que Llora tras el pulido.


jueves, 22 de octubre de 2015

El Angel que llora en metal.

La fundición de la pieza es estandar, a 580 grados centigrados y con todo el proceso de cocción y subida de temperatura habitual. Para cualquier consulta puede verse el de la pieza anterior. Una vez roto el yeso, limpiado el árbol y decapado, se sierran las piezas del árbol y se empiezan a repasar y pulir utilizando el equipo habitual en este caso: lima para retocar los bebederos, papel de lija de diversos granos, micromotor, buril para retocar rincones y dibujos.

Hay que quitar todos los arañazos, asegurarse de que los dos lados son lo más simetricos posibles y de que no han quedado microporos u oclusiones que den al traste con todo el trabajo realizado. Los pliegues del vestido son ahora muy fáciles de retocar, utilizando un disco de lenteja con el micromotor, dejandolos totalmente rectos y con caida. En la parte posterior, un lado del fondo de la falda ha quedado demasiado fino tras limar y esmerilar y se ha tenido que añadir soldadura para darle grosor.

Tras un esmerilado fino a 1200 después del repasado, y con un primer pulido a espejo, la pieza queda con los defectos más visibles y evidentes.

El Angel que Llora en plata.

Lo más visible son las alas, en una el dibujo ha quedado bien definido, pero con poca profundidad, en el otro lado las líneas son mucho más profundas, pero no han quedado bien dibujadas. Ademas una parte del cabello ha quedado lisa y sin dibujo. Ahora hay que retocarlo.

Para ello se usa una bola simple de engastador y un par de buriles. Las alas se pueden lijar para igualar las superficies y eliminar arañazos, pero resulta un tanto dificil por ser una pieza pequeña y que las alas en si son concavas. En todo caso la imagen del ala izquierda requiere incluso un poco de soldadura para rellenar algunas cavidades exageradas.

Con un soporte de madera preparado se calienta el lacre con un soplete y se coloca la pieza sobre él para que quede bien sujeta. Luego la pieza se atornilla en la bola de engastador y ya se puede mover a un lado y otro, girarla y situarla de la forma mas conveniente para realizar el trabajo.
El retoque a buril.

Para repasar las alas lo mejor es utilizar un buril fino aunque cada cual tiene sus particularidades, manias y experiencias. En este caso un buril de media caña del nº 4, es de los más fáciles de usar y se utiliza para prácticar. El problema es tener una buena vista para no desviarse y ver correctamente que se esta haciendo. Y si se escapa, pues papel de lija y a volver.
Primer plano del Angel en el fuste.

martes, 6 de octubre de 2015

Acabando el Angel Lloroso

El siguiente paso es definir bien todos los detalles posibles, volviendo a pasar un esmeril fino o un trapo por la pieza para eliminar los arañazos, pero con cuidado de no quitar detalles. Hay que retocar continuamente y eliminar todo el polvillo y viruta. El ala izquierda de la pieza no ha quedado muy bien, las plumas se ven diferentes de las del otro lado y por tanto se ha de rehacer bien frotándola con un papel de lija de agua de 600 para eliminar los defectos y las rayas mal hechas y luego con el punzón rehaciendo las plumas.

Se retoca el cabello para crear la impresión de mechones en desorden y se terminan de perfilar las alas y eliminar las señales más visibles de arañazos en las alas y la falda del vestido. El problema de la cera es que al ser blanda se raya con mucha facilidad con cualquier cosa, incluida otra figura de cera con la que se golpee o se raspe. Pero las señales de dientes de lima y de esmeril grueso hay que procurar eliminarlos.

Ademas de darle calor con un mechero o con el smoothy hay varias formas de dejar la pieza pulida, una de ellas es tan simple como usar un trozo de tela de ropa vaquera, que suele dar muy bien resultado. Si la pieza es lisa, al frotarla queda bien pulida. Si la pieza no es lisa (este es el caso) hay que usar otros medios. En este caso se ha cogido un pincel fino de tamaño medio (de pintor de caballete, no de brocha gorda) y se ha repasado la pieza con esencia de trementina. Deja un acabado brillante y pulido y se resaltan bien los defectos, y si se frota con un papel de secar, incluso se pueden eliminar muchos arañazos.

  
 
Una vez la pieza esta decente, entonces se procede al vaciado, que se hace por la parte posterior con una fresa de bola. Se suele usar una especial para ceras con bordes dentados como una gradina, que a poca velocidad vacia la pieza hasta dejarla a un espesor optimo. Para ver el progreso del vaciado lo mejor es poner la pieza a contraluz, a medida que se reduce la capa de cera, esta se va volviendo mas transparente y se peuden ver incluso los detalles de la cara anterior. Conviene no pasarse y si en algún lugar queda la pared demasiado delgada, añadir gotas de cera con el soldador.

Cuando ya esta la pieza acabada, entonces se puede cortar el mango con que se ha manejado, limar y lijar la parte inferior y proceder a soldarle un bebedero en la base. Ahora ya la pieza esta lista para la fundición y se suelda al árbol. El proceso es identico al que se describio en la figura del anillo de Alien.

Ya solo resta echar el yeso en el cilindro y una vez fraguado  ponerlo directo al horno para el cocido y posterior inyección del metal.

lunes, 5 de octubre de 2015

Modelando el Angel Lloroso 2

Una vez se tiene una mitad más o menos hecha, hay que pasar al siguiente lado usando el que ya esta hecho como referencia. No solo se repiten lo mismos pasos, sino que también se aprovecha para igualar las dimensiones, que los codos, hombros y alas queden a la misma altura. Los retoques más pequeños se tienen que hacer con una aguja fina, y las alas deben vaciarse para crear una sensación de hueco, con un escarbador de cera en forma de cucharilla. Para acentuar la sensación de que no es una pieza plana se liman por detras haciendo curva hacia el borde.
Final del desbastado
Cuando ya se tiene el cuerpo dibujado, entones hay que pasar a los detalles pequeños: las arrugas de la ropa, que tienen que alargarse más; las costuras del vestido, que se hacen con el punzón, rayando el pecho del ángel para dibujarlas; los pliegues que bajan hacia la cintura, dibujados con el punzón y un buril fino.

Luego viene la parte más complicada, que es hacer la cabeza. No cuesta mucho dibujar el pelo, haciendo vueltas de cabello con el punzón, ni tampoco la raya en medio y las líneas del pelo a ambos lados, junto con lo que en las fotos y el dibujo parece una cinta para el pelo (se usa un buril plano para quitar la cera y hacer el efecto). Pero hacer facciones es más complicado, sobre todo a este tamaño, aunque este con la cara tapada con ambas manos.

Un mal corte se llevo la nariz y hubo que tapar con una gota de cera, deshaciendo parte de trabajo de las manos. Con el punzón se dibujaron las manos y con el bisturi se corto la nariz en forma de triangulo (después de tres  intentos quedo bien). Un corte recto con la punta del bisturi ha dibujado la boca, y con el buril se ha profundizado el cuello para dibujar la mandibula.

Cuando ya ha estado hecho el modelado, se ha cepillado bien con un pincel fino para eliminar las virutas y el polvo de cera y se ha procedido a un primer alisado por calor, que ha sacado muchos defectos ocultos.
Primer alisado de la pieza
El siguiente paso sera alisarlo, eliminando los arañazos y marcas, y darle un mejor acabado, retocando los detalles.

jueves, 1 de octubre de 2015

Modelando el Angel Lloroso

Una vez esta la figura perfilada sobre la cera, el siguiente paso es recortarla, con cuidado y usando una sierra fina, y procurando hacerlo lo más recto posible. Si en algún lado el corte se va hacia adentro de la figura, hay que rellenar con el soldador de cera para evitar desplazamientos de la forma o, simplemente, que parte de esta desaparezca. Se retoca con una lima para quitar restos de cera adheridos y acabar de dejar los bordes rectos.
El Angel que Llora recortado.
Como es una pieza pequeña puede ser difícil de manejar, por lo que se puede hacer más grande y manejable por el simple procedimiento de soldarle un trozo de cera por debajo, como si fuera un mango.
Soldadura de un "mango".
Con una pieza ya más manejable, se va haciendo el perfil con ayuda del bisturí. Poco a poco se clava la punta y se va sacando cera, las rayas del vestido y las plumas de las alas se ahondan utilizando un bisturi. Es dificil no acabar borrando el dibujo, por lo que a medida que se ahonda se va rehaciendo, y se hace primero un lado, para poder tomar como modelo el otro, que es simétrico. Hay que rebajar en distintos planos: las alas en la parte inferior, el cuerpo en el intermedio y las manos encima, y ademas modelarlo para que no se vea una pieza plana.

Con el buril se profundiza el dibujo, con el bisturi se sacan lonjas de cera para redondear la figura y con una lima de media caña se quitan las aristas y se igualan las superficies del mismo plano, dejando un acabado uniforme. Si en alguna parte se escapa una herramienta y hace un desgarron, hay que taparlo con ayuda del soplete de cera, limar y dejarlo liso de nuevo. Poco a poco la pieza va adquiriendo la forma adecuada.
Modelando el cuerpo del Angel que Llora