miércoles, 20 de julio de 2016

Sleepy Hollow. El jinete sin cabeza. La tapa.

Una vez tenemos la pieza fundida y repasados los bebederos, tras asegurarnos que no hay ningún defecto que invalide todo e ltrabajo, lo siguiente es soldar una tapa en la parte posterior. Queda más elegante y a los clientes no les gusta ver una pieza con aspecto de lata vaciada.

El primer paso para soldar la tapa es terminar la pieza, como a estas alturas aun no tengo claro si la tapa sera lisa o con dibujos y calada, es una precaución, y además servira para rebajar peso. Con el micromotor y una fresa de bola se repasa todo el interior hasta igualarlo y darle una apariencia más trabajada. Y ademas hay que alisarla bien para que la tapa quede plana, eso se hace con una buena lima, pero también con una mesa bien plana, papel esmeril de diferentes granos (320, 600 y 1200) y trabajo de brazo, frotando la pieza sobre el papel esmeril hasta que desaparecen todas las rayas.
Vista trasera de la pieza.
 El siguiente paso es simplemente trazar el perimetro de la pieza con un papel vegetal o de cebolla, dar la vuelta a este y con un papel de carbón dibujarlo sobre un papel normal. Con esto se obtiene una imagen invertida, con la que, en principio se puede trazar un dibujo para la parte posterior de la tapa.
Dibujando la tapa

 Pero debido a las dificultades para cuadrar el dibujo con la pieza (la parte de la capa molesta bastante para hacer un trazado exacto), al final opte por soldar la pieza a la tapa y hacer luego el dibujo en la misma, aunque esto pudiera ser mucho más complicado luego. Pero más exacto seguro que queda. Dibuje la silueta en la plancha de plata ya preparada y recorte, dejándola un poco más grande. Luego me asegure de que estuviera lo más lisa posible, la esmerile  y le di una primera pulida para ver si aparecía algún defecto. Seria horroroso que aparecieran poros, pieles u oclusiones cuando la tapa ya estuviera soldada
La tapa recortada.
La pieza encaja bien sobre la tapa, dejando un margen para errores y por si existe algún desplazamiento al soldarse. Para soldar una pieza tan grande el procedimiento es simple: se colocan pequeñas tiras de soldadura de plata sobre el borde de la pieza y a lo largo de la misma (cada centímetro y medio o dos), mojado con el fundente de soldadura (flux amarillo para soldar) y se calienta con el soplete para asegurarse de que queda pegado. Luego se da la vuelta a la pieza, se coloca sobre la tapa, asegurándose de que coincide totalmente y se moja todo el borde con fundente.
El jinete sobre la tapa
Ahora viene la parte más complicada: soldar las dos piezas. Desde luego, soldar una pieza tan grande con un soplete sencillo es una tarea improba. Pero se puede simplificar: en realidad las piezas tan grandes se sueldan con el soplete de fundir (un soplete grande con dos entradas, una para gás butano y la otra a un compresor de 50 litros en mi caso), dándole poca presión para no derretir la pieza. Poco a poco, se caliente la pieza y deshace la soldadura, que corre en todo el contorno de la silueta. Si hiciera falta se puede levantar un poco la pieza con una pinza para que el fuego entre por debajo, o usar una perruca de hierro, aunque en este caso no hizo ninguna falta. El propio peso de la pieza ayuda a deshacer la soldadura y a aplanar la tapa junto al calor, pero también podría ocurrir que alguna tira de soldadura no se deshiciera y complicara el trabajo.
Soldando la tapa al Jinete.
Una vez la pieza esta bien soldada, que ningun tramo queda con fisuras, y comprobando que toda la soldadura se ha fundido correctamente y sin dejar poros, se deja enfriar la pieza y luego se decapa con ácido. Cuando ya se ha deshecho todo el fundente cristalizado, se recorta el sobrante con una sierra (cuidando de que no se vaya y haga algun destrozo de última hora), y se lima hasta comprobar que no queda ninguna junta visible. En realidad las partes más difíciles se trabajan con el micromotor y una fresa cilindrica gruesa. El acabado se hace con una fresa diamantada cilindrica lo más gruesa posible. Luego hay que pasar el esmeril a fin de dejarla lo más lisa posible. Si quedara algún defecto visible en la junta de la soldadura, no quedaría más remedio que agujerear la pieza para volver a soldar, si se intentará tal cual, la tapa se hincharia como una lata puesta al fuego, al dilatarse el aire interior.
Vista posterior de la tapa soldada.
Esmerilar la pieza es bastante simple, solo hace falta una lima ancha y papel esmeril, y luego una superficie plana para poder colocar el esmeril boca arriba y frotar la pieza encima en circulos, hasta asegurarse de que no quedan rayas o marcas. Una vez se tiene la tapa soldada, recortada y esmerilada, lo que queda es pasarla por el bombo de pulir y dejarla unas cuantas horas para ver como queda, aunque parte del trabajo se ha hecho antes en la pulidora con un borrego y pasta blanca.
La tapa pulida.
Contra todo pronóstico inicial la tapa ha quedado perfectamente soldada, plana y sin ningún defecto, así que decido dejarla tal cual y abandonar el proyecto inicial de hacer una tapa calada y dibujada a buril. Se ve bien pulida, sin ninguna raya profunda y sin manchas de ningún tipo, aunque en la parte delantera, algunos rincones resultan dificiles de pulir por lo recondito de su situación. Ahora hay que darle el acabado necesario para que la pieza resalte. Desgraciadamente lo que más brillante queda es el tronco del árbol, cuando en realidad debería ser mate para que se viera mejor la silueta del jinete y la del caballo. Ahora hay que hacer texturas en la parte delantera para que se distinga bien cada parte de la figura.

El Jinete sin Cabeza.
En la foto se ve bien, de hecho mejor que en vista real, dónde los rincones sin pulir destacan muchisimo (entre las raices, bajo la pata del caballo bajo la barbilla del caballo y bajo las riendas, es dónde más destaca la falta de pulido). Pero aunque la mayor parte del trabajo esta hecho, aun queda un poco de trabajo para terminar bien la pieza.

lunes, 4 de julio de 2016

EL colgante de la madreperla. La Orla.

Con ayuda del micromotor se pueden hacer dibujos y desbastados, en este caso con una fresa cilindrica grande, con la que vamos haciendo surcos en la pieza. Cortamos de forma longitudinal, desde el centro hacia afuera, de forma eliptica. De esta forma vamos haciendo un galonado irregular.
Desbaste de la orla
 El siguiente paso sigue siendo el pulido fino con micromotor, a fin de acelerar el proceso, pero tambien con la lima y el papel de lija a fin de redondear las irregularidades y dejar unas formas más definidas y redondas, con el menor número de posible de marcas que luego deberan eliminarse en el acabado final, y las que se mantengan con el lijado en metal.
Pieza en el primer acabado.
 Ahora es el momento de empezar a ajustar el peso, obviamente una pieza asi ni siquiera se puede pensar en colgarla de una cadena, pesa casi 300 gramos sin la madreperla, lo que es mucho. Hay que rebajarla a unos límites más tolerables. Eso se hace con una fresa redonda grande y el micromotor, y con mucho cuidado para no hacer ningún agujero en la pieza. Poco a poco y con cuidado, y examinando la pieza contra la luz de la lampara para ver por dónde clarea más, se va rebajando el colgante. Ademas hay que procurar reproducir en la parte posterior el dibujo de la anterior y su galonado.
Vaciado del colgante.
 Esta operación solo precisa de cuidado y paciencia, pero tambien genera una enorme cantidad de viruta de cera y de polvillo fino. Las fresas especificas para cera pueden rebajar muy rapidamente, pero una fresa grande redonda tambien vale para esto, y de hecho la que he utilizado aquí, principalmente, es una fresa cilindrica de cabeza redonda, de tipo industrial para metal, que se vende en las ferreterias especializadas (o se vendía, la compre hace veinte años). Al acabar el cajón y la mesa estan cubiertos de viruta fina, desparramada por el micromotor.
Viruta del cajon.
 Una vez hecho un vaciado aceptable y rebajado el peso a unos mas manejables cien gramos (veinte arriba o abajo, más bien arriba según se calcule el peso de la cera), aparecen problemas imprevistos del colgante. Aunque inicialmente la pieza estaba perfectamente plana y la madreperla ajustada, ahora ya no es así. La madreperla asoma por debajo del colgante y el borde que era plano ya no lo es, de hecho presenta huecos a lo largo de la orla. Esto puede ser así por la tensión de la propia cera, que ha desaparecido al vaciarse, por que la parte posterior no era tan plana como parecía al ajustar la madreperla y luego recortar el sobrante, o por que al vaciar el colgante, con el calor del roce de la fresa, se ha deformado la pieza. O pueden ser las tres causas juntas. Pero es un problema que se tiene que arreglar antes de seguir adelante.
Borde de la pieza
 Aunque el colgante tenga detras una anilla  para pasar una cadena con que colgarlo y quede ligeramente levantado, la perla no puede asomar por debajo del colgante tal cual.