martes, 29 de diciembre de 2015

El juego de sellos.


Modelar en cera no significa necesariamente hacer piezas escultoricas y complicadas. Tambien se pueden hacer piezas más simples y seriadas de tipo más comercial y menos por encargo para un modelaje, lo que en negocios se llaman productos "vaca". En este caso se trataria de hacer un juego de sellos de distintos tipos (uno cuadrado, uno de televisor, uno ovalado, uno rectangular y uno con refuerzos laterales) para su prototipado, fabricación de moldes, producción y venta al publico. Es un proceso relativamente simple y que de hecho ni siquiera requiere hacer bocetos previos. Un sello cuadrado es un sello cuadrado, y lo que le distingue generalmente de otros sellos es el acabado, no la forma.

El primer paso es coger la barra de cera para hacer sellos, con la parte superior plana, e ir cortando las piezas a la medida adecuada. En este caso los sellos se van a hacer a un 27 - 29 (hay que recordar que al hacer el molde menguan de tamaño y medida). Las medidas de la tapa son 19 mm de largo (es mucho para algunos dedos y desde luego para una señora) y unos 15 mm de ancho (tambien es mucho, la mayoria de los sellos tienen 16 mm de largo por 12 de ancho en la tapa, e incluso menos). Pero de lo que se trata es de hacer algunas piezas un poco exageradas, en plata y que salgan bien de fundición.
Los sellos de cera sin desbastar
El siguiente paso es hacerlos a medida con la lastra dotada de cuchilla, teniendo cuidado de dejarlos a la misma medida por ambos lados. Una vez esta hecha la medida, se recorta la parte de la tapa a la altura correspondiente, generalmente la altura del sello (desde el punto máximo de la curva hasta la tapa) oscila entre los dos y los cuatro milímetros, dependiendo de la altura que se le quiera dar. Hay sellos con tan solo un milímetro de altura sobre la luz del arco, pero eso es muy poco para una pieza de plata que quiera destacar. La tapa de cera que se recorta despues de marcarla con un compas y se separa a golpe de sierra se puede guardar para hacer otras piezas más pequeñas y planas, como colgantes o pendientes.
 
Sellos sin la tapa.
 Una vez se tiene la tapa recortada, entonces hay que desbastar el resto del sello. Simplemente se marca con un compas el grueso que queremos recortar usando como medida la circunferencia interior (y se hace una raya desde el círculo hacia el borde de latapa en su parte superior con ayuda de una regla metálica) y entonces con una sierra de arco (la sierra propiamente dicha se puede comprar en una tienda de marqueteria o de manualidades, es la misma que usan los escolares para sus trabajos) y un poco de cuidado se eliminan las partes sobrantes sin preocuparse mucho de dejarlo con forma de joya. Mientras la sierra no corte dentro de la zona marcada a golpe de compas y regla no hay problema. Además hay que adelgazar el brazo en forma progresiva desde la tapa hasta la parte inferior, lo que se hace después de unas medidas mínimas para asegurar de que todo quedara como es debido. Se mide con el compas desde los bordes hacia el centro en la parte inferior del brazo y se mide desde la tapa hasta el final del brazo y comienzo de la pared de la tapa. Con esas medidas se puede cortar. El resultado final no se parece mucho a una joya, ciertamente.
Piezas desbastadas y restos de cera
Para darles un acabado final en el desbastado lo que hay que hacer es coger la raspa y eliminar todas las aristas, dejando un grosor más uniforme a lo largo de todo el brazo y las paredes de la tapa, y una forma más depurada en lateral. Con ello las formas quedan más definidas, y los sellos se pueden trabajar uno por uno para su acabado final.
Los cinco sellos afinados.
 

martes, 8 de diciembre de 2015

El sello de la Cobra. La pieza en metal.

La preparación para la fundición incluye un detalle de última hora: con una lima triangular de relojero (para metal) se repasan todas las hendiduras para darle a las escamas una apariencia más convexa y de relieve. Luego se hace un último repaso para quitar rayas y pulir defectos y una limpieza con trementina para eliminar el polvillo y los defectos más superficiales.

Detalle del escamado.
Luego se monta en una base de goma (en este caso junto a otra pieza original, una alianza de televisor hecha de cera morada). Es un cilindro pequeño que ni siquiera se rellena por completo, se utilizan 400 gr de yeso. La cera en si da una medida del peso: 3.2 gr de cera, unos 33 gr de plata (en teoría). El arból completo requiere 90 gr de plata de ley.
Montaje del árbol.
 El cocido del cilindro en el horno es el habitual, con un tiempo muy largo en las temperaturas más bajas de las rampas de subida (a 150 y 200 grados) para asegurar que toda la cera se funde y se quema debidamente. La fundición se aprovecha para realizar otras piezas en cilindros aparte, para otros tipos de aleación y encargos. El cilindro de la cobra es el último porque la temperatura de inyectado es la más baja, son dos piezas gruesas.
Los cilindros en el horno a 610 grados.
 La inyección se realiza a una temperatura de 550 grados centigrados, con 90 gramos de plata de ley, que dan vueltas en la centrifugadora durante un cuarto de hora. No pasa nada por dejarlo más tiempo, salvo que luego hay que rascar más el yeso para soltarlo de la pieza, pero a cambio no hay cambios bruscos de temperatura al introducir el cilindro en el cubo de agua y tampoco contracciones exageradas del metal.
El cilindro en la centrifugadora.
 Una vez limpiado todo el yeso, primero con una cuchilla de metal para raspar la parte más gruesa, luego con algunos cepillos de plástico para el material adherido al propio árbol y por último en la máquina de ultrasonidos para que se desprenda todo el yeso adherido en las hendiduras de difícil acceso, la pieza se deja a decapar en acido hasta que queda de un color blanco y se van las manchas (al menos esa es la teoria). Aunque no es exactamente parte del proceso normal el árbol entero se ha metido en el bombo de pulir durante una hora y media para ver que aspecto final va a tener, además la carga del bombo señalara todos los poros y microporos que hayan quedado en la pieza.
El árbol tras su paso por el bombo.
 Tras el pulido se pueden ver muchas microrayas y algún que otro defecto que quedaba disimulado por el color de la cera. Pero en general la fundición ha quedado bien, los escasos defectos son fácilmente subsanables con el esmerilado y pulido y la pieza no muestra fisuras, ni poros, ni roturas. Un vez se corta el bebedero y se separa la pieza del árbol se puede comprobar el peso final: casi 36 gr. Es mucho, pero no esta mal teniendo en cuenta que la pieza original pesaba 16 en plata (con forro), pero era más pequeña y con las paredes la mitad de gruesas (esta esta pensada para llevarse sin forro). Ahora hay que terminar de repasarla, el defecto más evidente es una raya en el cuello que afea la división de las escamas.
El sello de la cobra en plata de ley.