martes, 29 de diciembre de 2015

El juego de sellos.


Modelar en cera no significa necesariamente hacer piezas escultoricas y complicadas. Tambien se pueden hacer piezas más simples y seriadas de tipo más comercial y menos por encargo para un modelaje, lo que en negocios se llaman productos "vaca". En este caso se trataria de hacer un juego de sellos de distintos tipos (uno cuadrado, uno de televisor, uno ovalado, uno rectangular y uno con refuerzos laterales) para su prototipado, fabricación de moldes, producción y venta al publico. Es un proceso relativamente simple y que de hecho ni siquiera requiere hacer bocetos previos. Un sello cuadrado es un sello cuadrado, y lo que le distingue generalmente de otros sellos es el acabado, no la forma.

El primer paso es coger la barra de cera para hacer sellos, con la parte superior plana, e ir cortando las piezas a la medida adecuada. En este caso los sellos se van a hacer a un 27 - 29 (hay que recordar que al hacer el molde menguan de tamaño y medida). Las medidas de la tapa son 19 mm de largo (es mucho para algunos dedos y desde luego para una señora) y unos 15 mm de ancho (tambien es mucho, la mayoria de los sellos tienen 16 mm de largo por 12 de ancho en la tapa, e incluso menos). Pero de lo que se trata es de hacer algunas piezas un poco exageradas, en plata y que salgan bien de fundición.
Los sellos de cera sin desbastar
El siguiente paso es hacerlos a medida con la lastra dotada de cuchilla, teniendo cuidado de dejarlos a la misma medida por ambos lados. Una vez esta hecha la medida, se recorta la parte de la tapa a la altura correspondiente, generalmente la altura del sello (desde el punto máximo de la curva hasta la tapa) oscila entre los dos y los cuatro milímetros, dependiendo de la altura que se le quiera dar. Hay sellos con tan solo un milímetro de altura sobre la luz del arco, pero eso es muy poco para una pieza de plata que quiera destacar. La tapa de cera que se recorta despues de marcarla con un compas y se separa a golpe de sierra se puede guardar para hacer otras piezas más pequeñas y planas, como colgantes o pendientes.
 
Sellos sin la tapa.
 Una vez se tiene la tapa recortada, entonces hay que desbastar el resto del sello. Simplemente se marca con un compas el grueso que queremos recortar usando como medida la circunferencia interior (y se hace una raya desde el círculo hacia el borde de latapa en su parte superior con ayuda de una regla metálica) y entonces con una sierra de arco (la sierra propiamente dicha se puede comprar en una tienda de marqueteria o de manualidades, es la misma que usan los escolares para sus trabajos) y un poco de cuidado se eliminan las partes sobrantes sin preocuparse mucho de dejarlo con forma de joya. Mientras la sierra no corte dentro de la zona marcada a golpe de compas y regla no hay problema. Además hay que adelgazar el brazo en forma progresiva desde la tapa hasta la parte inferior, lo que se hace después de unas medidas mínimas para asegurar de que todo quedara como es debido. Se mide con el compas desde los bordes hacia el centro en la parte inferior del brazo y se mide desde la tapa hasta el final del brazo y comienzo de la pared de la tapa. Con esas medidas se puede cortar. El resultado final no se parece mucho a una joya, ciertamente.
Piezas desbastadas y restos de cera
Para darles un acabado final en el desbastado lo que hay que hacer es coger la raspa y eliminar todas las aristas, dejando un grosor más uniforme a lo largo de todo el brazo y las paredes de la tapa, y una forma más depurada en lateral. Con ello las formas quedan más definidas, y los sellos se pueden trabajar uno por uno para su acabado final.
Los cinco sellos afinados.
 

martes, 8 de diciembre de 2015

El sello de la Cobra. La pieza en metal.

La preparación para la fundición incluye un detalle de última hora: con una lima triangular de relojero (para metal) se repasan todas las hendiduras para darle a las escamas una apariencia más convexa y de relieve. Luego se hace un último repaso para quitar rayas y pulir defectos y una limpieza con trementina para eliminar el polvillo y los defectos más superficiales.

Detalle del escamado.
Luego se monta en una base de goma (en este caso junto a otra pieza original, una alianza de televisor hecha de cera morada). Es un cilindro pequeño que ni siquiera se rellena por completo, se utilizan 400 gr de yeso. La cera en si da una medida del peso: 3.2 gr de cera, unos 33 gr de plata (en teoría). El arból completo requiere 90 gr de plata de ley.
Montaje del árbol.
 El cocido del cilindro en el horno es el habitual, con un tiempo muy largo en las temperaturas más bajas de las rampas de subida (a 150 y 200 grados) para asegurar que toda la cera se funde y se quema debidamente. La fundición se aprovecha para realizar otras piezas en cilindros aparte, para otros tipos de aleación y encargos. El cilindro de la cobra es el último porque la temperatura de inyectado es la más baja, son dos piezas gruesas.
Los cilindros en el horno a 610 grados.
 La inyección se realiza a una temperatura de 550 grados centigrados, con 90 gramos de plata de ley, que dan vueltas en la centrifugadora durante un cuarto de hora. No pasa nada por dejarlo más tiempo, salvo que luego hay que rascar más el yeso para soltarlo de la pieza, pero a cambio no hay cambios bruscos de temperatura al introducir el cilindro en el cubo de agua y tampoco contracciones exageradas del metal.
El cilindro en la centrifugadora.
 Una vez limpiado todo el yeso, primero con una cuchilla de metal para raspar la parte más gruesa, luego con algunos cepillos de plástico para el material adherido al propio árbol y por último en la máquina de ultrasonidos para que se desprenda todo el yeso adherido en las hendiduras de difícil acceso, la pieza se deja a decapar en acido hasta que queda de un color blanco y se van las manchas (al menos esa es la teoria). Aunque no es exactamente parte del proceso normal el árbol entero se ha metido en el bombo de pulir durante una hora y media para ver que aspecto final va a tener, además la carga del bombo señalara todos los poros y microporos que hayan quedado en la pieza.
El árbol tras su paso por el bombo.
 Tras el pulido se pueden ver muchas microrayas y algún que otro defecto que quedaba disimulado por el color de la cera. Pero en general la fundición ha quedado bien, los escasos defectos son fácilmente subsanables con el esmerilado y pulido y la pieza no muestra fisuras, ni poros, ni roturas. Un vez se corta el bebedero y se separa la pieza del árbol se puede comprobar el peso final: casi 36 gr. Es mucho, pero no esta mal teniendo en cuenta que la pieza original pesaba 16 en plata (con forro), pero era más pequeña y con las paredes la mitad de gruesas (esta esta pensada para llevarse sin forro). Ahora hay que terminar de repasarla, el defecto más evidente es una raya en el cuello que afea la división de las escamas.
El sello de la cobra en plata de ley.

lunes, 30 de noviembre de 2015

El sello de la Cobra. Los detalles.

Con la forma volumétrica ya realizada ahora hay que poner los detalles en la pieza. Se empieza por la mandibula inferior, que se afina y se retoca para dejarla en forma más puntiaguda y carácteristica de una serpiente. Luego, usando la línea divisora de la cabeza y un compas, se toman las medidas para que los ojos queden a la misma distancia y altura, y se marcan. Con ayuda del soldador de ceras se depositan dos gotas de cera (hay que probar varias veces hasta que quedan dos gotas indistinguibles). Luego, con cuidado, el micromotor y una fresa de bola se vacia el interior de la boca, construyendo de esta forma los labios de la serpiente y la cavidad bucal para que ambos lados queden igualados.
Moldeado de la boca y los ojos de la cobra.
Lo más obvio es la zona del cuello: se deja una parte central elevada, y los dos laterales un poco más bajos a golpe de lima, con ayuda de un buril se hacen las rayas del escamado. El siguiente paso es construir la lengua bifida. Con el soldador de cera se rellena la parte central de la mandibula inferior, elevándola. Cuando ya hay suficiente material se recorta con el bisturi y se hace la forma de la lengua con las dos puntas. Por ambos laterales se profundiza bajo la lengua para marcarla con dos surcos, separándola un poco de la base sobre la que se ha construido. La lengua queda únicamente sobre la parte central.
La lengua de la cobra.
 El siguiente paso es construir los colmillos. Con el soldador de ceras se va añadiendo gota a gota hasta formar dos estalácticas a ambos lados de la cara, en la cobra original estas quedaban en el aire, pero en esta ocasión he decidido que lleguen a tocar la mandíbula inferior a fin de evitar roturas en el molde y al extraer la cera, y tambien que los colmillos sean algo más gruesos. Con una lima de metal fina se raspan las estalácticas hasta dejarlas lisas y en forma curvada y aguda, al tiempo que se añade más material donde haga falta. Luego se vuelve a lijar, y la operación se repite las veces que haga falta para dejar unos colmillos bien definidos.
Los colmillos de la cobra.
Cuando ya se tiene estos detalles se le da un esmerilado y un grateado para eliminar todas las rayas posibles. El siguiente paso para que parezca una cobra es hacer las escamas. En realidad no es muy complicado, lo primero es hacer los dos ovalos a ambos lados del cuello, procurando que queden simétricos, ahora también se aprovecha para igualar en lo posible ambos lados de la serpiente ya que los ovalos proporcionan nuevos puntos de referencia y cualquier falta de simetrica se ve aún más. Las escamas se hacen de forma diagonal, cruzando en ambas direcciones con un buril de unglet, procurando mantener la distancia para que queden unas escamas uniformes, aunque tampoco hay que exagerar: en la naturaleza las formas simétricas simplemente no existen. Para la membrana de piel a a ambos lados del cuello se hace un escamado más pequeño que en el cabeza, en el interior de los ovalos aún más, y también se añade dos rayas horizontales onduladas para hacer el dibujo. Cada error en el rayado del buril, desviación demasiado a la izquierda o a la derecha supone tapar con el soldador por goteo, limar, lijar y volver a burilar. El ovalo de la izquierda se ha tenido que reconstruir en dos ocasiones para que quedara más simétrico y algunas escamas se han tapado y vuelto a burilar.
El escamado de la cobra.
El último paso es el vaciado con el micromotor y una fresa de bola. Se empieza con una bola grande y luego se va pasando a bolas más finas para ir quitando material, dejando un vaciado uniforme, y unos bordes de suficiente grosor, pero con cuidado para no dejarlo demasiado debil. En aquellos lugares dónde se retira demasiado material, o directamente aparecen fisuras por el burilado de las escamas, se añade cera. Se puede usar una cera con menor grado de fusión, como la de inyectar, para añadir material. Tapa muy bien y al tener menor temperatura no hay peligro de derretir detalles.
Vaciado de la cobra y añadido de cera para tapar fisuras.
Ahora ya la pieza esta lista para fundir, con el cepillo se quita todo el polvillo de cera acumulado por el vaciado, y se le da un acabado y una limpieza con un pincel y trementina, dejándola reluciente para la fundición.
El sello de la cogra listo para fundir.
 

martes, 17 de noviembre de 2015

El sello de la Cobra. El esculpido.

Con la pieza ya desbastada, ahora hay que darle forma y volumen definitivo. Para eso se empieza por redondear las formas y lijarlas para darle esa apariencia de corazón que tiene la cabeza de la cobra en el dibujo, con las membranas de piel desplegadas a ambos lados de la cabeza. Se reducen ligeramente las partes laterlaes del sello a ambos lados del cuello de la serpiente (dónde se han hecho las marcas), con una lima de media caña, dandole un aspecto ligeramente cóncavo.
Redondeado de la forma.
A continuación se hacen las dos membranas usando un bisturi y haciendo un tajo desde ambos lados de la cabeza en su parte superior hasta el cuello en la inferior, que debe quedar más bajo (un milímetro y medio al menos). Se puede cortar bastante bien, pero hay que hacerlo con cuidado para evitar que la pieza se astille y se haga alguna fisura difícil de tapar. Lo que queda se puede eliminar con la lima para darle una apariencia más plana. La pieza original se hizó integramente añadiendo cera fundida sobre el sello plano, para hacer la figura, pero en este caso he optado por hacer el volumen y rebajar, haciendo únicamente la parte saliente de la cabeza con material añadido.
Rebaje de las membranas.
El primer problema aparece aquí, ya que las capas de cera no han quedado bien soldadas y aparecen fisuras a ambos lados de la cabeza y en la línea de unión, que se presentan como unas marcas de color claro sobre la cera. Para taparlas se utiliza el soldador y gotas de cera cogidas de un trozo desechado para añadir material. Las fisuras deben desaparecer para evitar que la pieza muestre roturas o desconchados y que todo el conjunto quede bien soldado, igual que las burbujas de aire y cualquier imperfección que quede.

Fisura en la cera, de color verde más claro.
La pieza se lija y se redondea, y luego se hace el cuello, utilizando una lima para rebajar material y suavizarlo, dandole una apariencia redondeada, el cuello es una forma convexa sobre el plano del sello y debe verse como una forma natural. La cabeza  se inclina hacia adelante a golpe de lima, respetando el valle que la divide en dos. Ahora se puede apreciar que el grosor de la cabeza ha quedado corto y que tiene una apariencia más chata de lo debido. Ademas la amplitud de la boca tambien es corta, la mandibula inferior debería estar más abajo y ser más alta, mostrando una boca más abierta. Por suerte en cera se puede añadir material.
 
Afinado de las formas exteriores. Se puede ver la fisura lateral y la línea entre el añadido y el sello sobre la cabeza.
Con un soldador de cera se añade material sobre el hocico, y por debajo de la mándibula inferior, que además se hace más alta. Luego de añadir las gotas de material  y asegurarse de que esta bien soldado y formando un bloque compacto, el conjunto se lima para darle su apariencia de hocico cónico, y se lleva la línea de division del cráneo hacia la punta del mismo. Se hace lo mismo con la mandibula inferior teniendo en cuenta que es más estrecha que la superior, a fin de "encajar" si cerrara la mandíbula.

Para darle su apariencia a la membrana, se marca el grosor de la membrana con un buril y se utiliza un micromotor con una fresa de bola gruesa (es más rápido, pero se puede hacer a mano utilizando una herramienta en forma de cucharilla) para vaciar el interior de la misma, dándole ese aspecto ahuecado. Si hace falta se retoca la parte superior de la membrana (dónde se une a la cabeza) con el soldador de cera para añadir más material y asegurar el grosor adecuado.

Con un poco de cuidado y con el buril se hacen las líneas de la boca a ambos lados del hocico, y con el bisturi se quita material del interior de la boca. La lengua y los dientes se añaden luego al modelo. Con el soldador se añade algo de cera a ambos lados de las comisuras para conseguir esos carrillos redondeados de la cobra. Con el bisturi se quita el sobrante de debajo de la mandíbula inferior para que tenga la inclinacion adecuada.
La cabeza de la cobra.
Con la forma ya más definida, ahora toca afinarla y hacer los detalles que van a hacer que parezca una cobra y no algún otro tipo de reptil.

martes, 10 de noviembre de 2015

El sello de la Cobra. El desbastado.

Una vez determinada la forma que debe esculpirse (aquí no puede haber mucha duda, por que ya hay un modelo previo en tres dimensiones), se pasa al inicio del modelado. Lo primero es escoger la cera, en este caso tubo de cera  cera verde de la más dura para retener mejor los detalles con diametro excentrico y tapa supeior plana que es especial para hacer sellos (también se podría emplear la azul que permite esculpir con más facilidad). Con un pie de rey o un compas de acero se toman las medidas adecuadas, se marca en la cera y se corta con una hoja de sierra para madera de las que utilizan en manualidades.
Tubo de cera para sellos con tapa plana

 
Pieza cortada con tapa
Una vez se ha recortado al ancho adecuado, se utiliza la lastra con hoja para agrandar el interior hasta una medida adecuada, en este caso a un 28. Puede parecer un número muy grande para la media, pero una vez se haya fundido en metal es mucho más fácil acortar un sello (o cualquier anillo) que agrandarlo (acortarlo: una soldadadura; agrandarlo: dos soldaduras más el trabajo de encajar una pieza de metal). Por otro lado un 28 (68 mm de circunferencia) no es un número exagerado, yo he hecho sellos y anillos a números 33 y 34, e incluso se de un anillo a un número 43.


Con el diametro interior vaciado, entonces se puede saber el grueso de la tapa (y es bueno mirar el grosor por ambos lados para asegurarse que luego no quedara un extremo más alto que otro). En este caso le falta grueso (normalmente hay que quitarle varios milímetros), por lo que se procede a añadir cera con ayuda del soldador de ceras. Se marca el lugar dónde va a ir la cabeza con un compas, y sobre las medidas se va añadiendo cera hasta crear un promontorio sobre la tapa. Esta sera la cabeza de la cobra.
Sello con añadido para situar la cabeza de la cobra.
El siguiente paso es empezar a eliminar cera y peso para afinar los detalles. Lo primero es el brazo. Se toman las medidas para señalar el grueso en la parte inferior y se marca. Normalmente el ancho de un brazo oscila entre los cuatro y los ocho milímetros. En este caso es de ocho, por lo que se marca, y con la sierra se empieza a cortar, primero en vertical hasta que la hoja llega al diametro interior, y luego haciendo una curva hacia el borde, que previamente se habra marcado a una distancia predeterminada. Se repite por ambos lados y así queda el brazo perfilado.
Vista del brazo del sello.
Ahora lo que hay que hacer es perfilar la parte superior con ayuda de la sierra. Contrariamente a lo que suele ser habitual, el ancho de la barra se ajusta al sello (usualmente hay que quitar ancho, por lo que esta parte se queda así, dejando unas paredes laterales casí verticales. Con el compas se marcan las medidas adecuadas para hacer un octagono, pero antes de nada hay que hacer algunas marcas: en la parte superior, dónde esta promontorio de cera añadido se hace el valle de la cabeza de la cobra, y en la parte inferior las dos líneas que marcan el ancho del cuerpo de la misma. Con un buril y una lima se profundizan para segurarse de que no se borren al limar y lijar. Estas marcas servirán luego como referencia para medir distancias y centrar todo el esquema. Cuando ya estan hechas se pueden recortar los bordes de la tapa rectángular para convertirla en un octágono excéntrico. La parte superior tiene que quedar menos curvada que la inferior.
Sello de cobra con las marcas y los bordes desbastados.
Lo siguiente es coger una lima o una escofina y desbastar los bordes para dejarlos más redondeados, eliminar las puntas y reducir el brazo a las medidas adecuadas. El brazo no solo tiene que quedar lo más simétrico posible, sino que el grueso del mismo debe reducirse a un par de milímetros, aunque hay que tener cuidado en esta fase. El brazo reducido se puede romper con mucha facilidad al apoyarlo para manejar la pieza. En la parte superior se profundizan las contracurvas a ambos lados de la cabeza para iniciar el modelado. La pieza queda llena de marcas de los dientes de la lima, pero pulirlo y afinarlo es lo último. De momento el brazo tiene que quedar lo más simétrico posible, con la curvatura adecuada por ambos lados y la parte superior debe formar una elipse. También se hace la inclinación de la cabeza.
Sello con marcas y primer afinado.
Con la forma del sello ya concretada, ahora hay que empezar a esculpir la cabeza de la cobra y luego hacer todos los detalles que le daran vida.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

El sello de la Cobra. El esbozo.

La nueva pieza es un sello con forma de cabeza de cobra. Y tiene una ventaja importante: en realidad es una pieza que ya hice anteriormente. Un encargo de un cliente, del que hice una pieza original, pero de la que no conserve ninguna foto ni de la cera, ni de la pieza hecha. Problemas de tiempo para conseguir una buena camara (de eso hace ya unos diez o doce años) y entregar la pieza comprometida. Eso si: cuando fundí el original, hice un molde del sello por si al ponerle el forro interior y repasarlo aparecían defectos, se perforaba o se fundia parcialmente la pieza, echando a perder todo el trabajo realizado. Asi que se puede hacer un modelo con cera de inyección... que no sale muy bien y que cuesta mucho de extraerlo del molde. Es una de las razones para volver a hacerlo.
Modelo de cera de inyectora, incompleto y sin colmillos.
Vuelvo a hacerla pero con algunas diferencias: la pieza original se hizo en oro, con un peso final de 24 gr (creo recordar), y para un dedo no muy grande. Ahora se han de hacer ajustes para determinar lo que se quiere conseguir. Veinticuatro gramos de oro era asequible hace diez o doce años, cuando el oro de 24 kts. rondaba los 9 o 10 euros el gramo, e incluso menos. Pero con la subida del precio del metal, simplemente se dispara para la mayoría de los bolsillos. La mayoría tienen otras prioridades de gasto.

El planteamiento ahora es hacer otro sello, para un dedo más grande y en plata, que actualmente es más barato y asequible a los bolsillos. Aunque teóricamente es lo mismo hacer un sello en oro que uno en plata (simmplemente varia el tipo de metal utilizado, el coste de fabricación y el precio final) a la práctica no siempre es así. Se debe pensar si se va a hacer en uno u otro metal, por que hay diferencias importantes en el diseño.

Los sellos de oro suelen llevar un forro interior y las paredes suelen tener unas pocas décimas de milímetro, generalmente entre dos y seis si son de matriceria, y entre cinco y ocho si son de fundición. A este grueso, a la hora de calcular la medida del dedo, hay que añadir el grueso del forro (entre dos y cinco décimas, para terminar de ajustar peso). El brazo no puede tener el mismo grueso si el anillo o el sello es para un número 10 ó 12, que para un 33 o un 34: con el mismo grosor y el mismo ancho, a mayor diámetro, más fácilmente se dobla (obviamente, tecnicamente si se puede hacer un brazo de mucho diámetro y poco grosor, otra cosa es la facilidad con que se doble). Además la plata es más blanda que el oro, si un milimetro es un grosor aceptable para un brazo de anillo de oro, en la plata necesita algo más, milimetro y medio o más.

Si la pieza se hace sin forro (hacer y soldar un forro, y repasarlo luego para que quede bien, requiere trabajo, especialmente si se hace artesanalmente, lo que en plata puede encarecerlo mucho), hay que calcular el brazo en consecuencia, y además tener en cuenta que si en oro las paredes tienen que ser lo más delgadas posibles para ahorrar peso, en plata si no hay forro las delgadas paredes pueden clavarse en la carne y hacer cortes feos. Los bordes interiores no pueden ser de decimas para evitar que el ususario se rebane el dedo con cualquier giro del sello.

Sellos de cera para plata (izquierda) y oro (derecha)
La misma pieza no pesa lo mismo en oro que en plata debido a la diferente densidad del metal. Con el peso de la cera se puede saber cuanto va a pesar en metal, con la proporción: 1 gramo de cera-10.5 gr. de plata-15.5 gr. de oro. Es una cifra teórica, porque cualquier fallo de la balanza hace oscilar el peso final. Un error de 0.1 gr. en cera supone un error de 1 gr de plata (unos 45 centimos más de coste y entre uno y dos euros al público), pero es de 1.5 gr en oro (a unos 25 euros al gramo de coste es un error de 38 euros de coste, sin impuestos, y cerca de 100 al público). Es recomendable hacer los cálculos un poco por arriba, con una proporción de 1-11 para la cera y 1-16 o 1-17 en oro.

El sello en plata, por tanto, debería pesar unos 16 gr en proporción, pero al requerir algo más de grosor en algunas zonas (brazo y bordes de las paredes interiores), subira de peso, aunque se ha de intentar mantener al mínimo. Ademas se puede intentar vaciar mejor la parte superior, dónde esta la cabeza de la cobra, para reducir el peso. En general con dejar un grosor de siete u ocho décimas se puede considerar bien, aunque medir gruesos en estas zonas es muy complicado, incluso con el dixiem.

Con todo esto en mente, se buscan fotos, una muestra del modelo original y se hace un esbozo de la parte superior de lo que hay que conseguir. Aunque existe un modelo en cera, siempre es bueno tener un dibujo mayor y más detallado. Así se pueden considerar mejor los detalles. El esbozo esta hecho en sanguina sobre papel gris, los contornos estan retocados con sepia, los ojos y el fondo de la boca con creta negra y las luces con tiza blanca.
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Esbozo sello de la Cobra.
Y ahora, con el modelo y las ideas claras, a hacer el prototipo en cera.

viernes, 30 de octubre de 2015

Haciendo el molde del Angel Lloroso.

La razón por la que se corrigen defectos en vez de rehacer la pieza es que esta no esta destinada a la venta directa. Es un prototipo para hacer otras mediante un molde. Por tanto es irrelevante si quedan algunas manchas por el color de la soldadura o hay que tapar poros: el molde saldra igual, siempre y cuando la pieza quede bien acabada. El molde no solo reproduce la pieza hasta el último detalle, también reproduce sus defectos, como marcas de lima, oquedades o restos de soldadura, pero no manchas o decoloraciones. Para hacer el molde se utiliza la pieza, un marco de aluminio rectángular y la silicona, que es una especie de plastelina que se vulcaniza a 110 grados. Es silicona azul, con menor grado de reducción (el molde reduce la pieza en aproximadamente un 7 %, aunque algunas siliconas reducen mucho más), y que se moldea con facilidad.
Haciendo el molde del Angel Lloroso.
Se rellena la parte posterior con silicona y se coloca una capa de silicona en el marco, poniendo una chapa de aluminio plana debajo para evitar que la silicona se pegue luego a la máquina de vulcanizar. La silicona se puede cortar muy facilmente con el bisturi y se pueden usar pedazos que hayan sobrado de otras operaciones. La pieza se pone sobre esa capa y como bebedero se utiliza un trozo de clavo recortado a la medida adecuada. Es un bebedero grueso, pero la pieza en si es bastante grande y fina, por lo que requiere una buena entrada. El bebedero se recupera luego en la fundición y añade peso al árbol, si fuera de oro habría que mirar más si conviene uno más delgado, pero aquí no vale la pena correr riesgos. Luego se añade otra capa encima y se termina de recubrir con más silicona para rellenar bien el hueco del marco. Luego se coloca otra plancha de aluminio encima y se pone en la máquina de vulcanizar. Teoricamente durante diez minutos por capa (en realidad son diez minutos a partir del momento en que alcanza la temperatura adecuada), pero se suele dejar durante hora y media o así. Por estar más tiempo no le ocurre nada al molde.
El molde en la vulcanizadora
Cuando ya se ha vulcanizado se saca el molde y se quitan las chapas de aluminio mientras aún esta caliente (cuestan mucho de sacar si estan frias por que el molde se agarra con fuerza a las superficies a las que esta pegado y sin huecos de aire) y el molde se deja enfriar entonces. No es conveniente abrirlo antes de unas dos o tres horas, tras enfriarlo en agua, y si se puede dejar durante un día o dos, mucho mejor. Ya se habra contraido todo lo necesario.
El molde de silicona.
Una vez el molde esta frio es una goma dura pero elastica, y hay que abrirlo para sacar la pieza. Con unos alicates se estira el trozo de clavo que sirve de bebedero y con el bisturi y una hoja nueva (no es bueno usar a misma hoja para abrir dos moldes por que pierde rápidamente el filo y cualquier toque con alguna parte metálica estropea la hoja con rapidez, y de hecho en moldes grandes se utilizan varias hojas) se procede a abrirlo.

Se sujeta el molde en un tornillo (si es grande, si es pequeño se puede abrir directamente sin más problemas) y con el bisturi se dibujan los contornos de apertura, haciendo dientes de sierra (no excesivamente agudos) para que luego encaje bien y no se mueva, ni resbale una mitad sobre la otra. Se hace un corte circular en la apertura del bebedero para hacerlo más cónico y grande para que se adapte a la boquilla de la inyectora de ceras. Despues se corta a lo largo del hueco del bebedero hasta tocar la pieza y poco a poco se va estirando una mitad para separarla a medida que se corta (el interior en forma lo más plana posible para no crear rebabas que afecten a la pieza). Al acercarse a la pieza se procura separarla a ras de la parte inferior para dejar las menores rebabas posibles. La pieza tiene que salir lo más limpiamente posible y repasarse luego con el menor esfuerzo, aunque a veces esto es más dificil de hacer que de decir. Cuando las dos mitades estan separadas, con cuidado se tira de la pieza y se dobla la mitad del molde para poder trabajar y con un corte en vertical lo más recto posible se hace la apertura para que salga el gancho posterior. Luego bastara combar esta mitad del molde para que salga la pieza con el gancho sin el menor problema. El último paso es recortar el trozo de silicona que queda entre el bebedero y la pieza para que entre la cera. Una solución más limpia a esto es soldar el bebedero directamente a la pieza antes de hacer el molde, pero no siempre es posible.
El molde abierto del Angel que Llora.
Completada la apertura, ahora solo hace falta la inyectora de ceras, una máquina que calienta la cera a una temperatura predeterminada y dónde se inyecta a presión en el molde por medio de una boquilla. Hay distintos tipos de máquinas de esta clase, desde las más sofisticadas y caras (de hasta 10.000 euros, con bomba de vacio, control de tempertura en boquilla, robot inyector y programa digital) hasta las más sencillas (de 600 euros, con simple bomba de aire). La calidad depende mucho de la máquina y del tipo de pieza, pero indistintamente de que luego exija cierto trabajo de repasado todos los tipos son validos. Con el molde y la inyectora se pueden hacer cientos de copias, mientras el molde aguante. Y cuando se estropee por el uso, si se guarda la pieza original, se puede repetir el molde. Si hay que hacer muchas piezas, se pueden hacer dos o más moldes. Se inyecta a temperatura y presión adecuada, se deja enfriar la cera (por eso varios moldes si hay que hacer muchisimas), se separan las dos mitades y se extrae la cera. Si la cera esta muy caliente y no se deja enfriar, se puede deformar la pieza. Si esta muy fria y hay que tirar o hacer presión, la cera de inyectora suele ser quebradiza. Hay distintos tipos de cera, pero lo mejor es usar una que se deforme poco al enfriarse, especialmente si se trabaja con piezas más bien planas. Luego, aparte de eliminar las rebabas, se examinan las ceras a contraluz para comprobar si junto con la cera se ha inyectado aire y presentan burbujas, las piezas con burbujas de aire se desechan inmediatamente, igual que las que hayan salido incompletas, con aguas o rebabas pronunciadas (una cosa es eliminar una fina piel que haya quedado entre las dos mitades del molde y otra muy distinta que por un mal corte de bisturi quede un escalón en la misma pieza). A menos que sea una pieza muy complicada no vale la pena perder el tiempo en retoques.
Ceras de los Angeles que Lloran.
El resto sigue las mismas pautas de fundición que cualquier otra pieza, ya solo falta la producción seriada. Algunos defectos se pueden corregir en el molde, bien con el bisturi, bien con una lija fina. Con los antiguos moldes de caucho era posible retocarlos con un soldador de cera, derritiendo el caucho, pero con la silicona no suele quedar bien. En todo caso si el original esta bien terminado, los retoques del molde han de ser pocos o ninguno. Las piezas de cera que salen del molde son algo más pequeñas que el prototipo y, en teoria, más ligeras de peso. A la práctica esto último no siempre se cumple por que, en las inyectoras más sencillas, las piezas grandes y finas solo salen si se inyecta a mucha presión, por lo que las dos mitades del molde tienden a separarse, a hacer grandes rebabas y que el grosor de la pieza suele ser mayor que la del original.

Con esto el prototipo ya queda terminado, el molde en condiciones y la producción lista para cualquier pedido que se haga. En la fundicion de las piezas destinadas a la venta si que las piezas defectuosas se desechan sin ser corregidas, sencillamente es más económico hacer una nueva que perder el tiempo corrigiendo defectos, aunque esto no implica que las piezas no necesiten un repasado y un pulido para eliminar rebabas que hayan podido quedar y los restos del bebedero.
Prototipo del Angel que Llora sobre dibujo a sanguina en papel azul DINA4.


miércoles, 28 de octubre de 2015

El Angel Lloroso finalizado.

Cuando ya se han grabado correctamente las alas, con un dibujo lo más simétrico posible y con cierta profundidad para que no se borren al primer pulido, se procede a calentar el lacre para soltar la pieza y a limpiarla con alcohol para eliminar restos de lacre. Luego hay que hacer un vaciado y acabado de la pieza.
Dibujando las plumas del Angel Lloroso

Para el vaciado se utiliza el micromotor, fresas de bola de distinto diametro según convenga y el dixiem, el instrumento para medir espesores. Con cuidado para no pasarse de la raya se va vaciando por detrás, adelgazando las paredes allí dónde tiene mayor grosor. Hay que procurar que no se escape la fresa para dejar la pieza señalada, ni tampoco pasarse y hacer un agujero. El vaciado se realiza para lograr un peso adecuado. Si se realiza en plata no tiene demasiados problemas, a 45 centimos el gramo, hay que pasarse mucho para que tenga efecto, aunque siempre es posible ahorrar algún euro. Cuanto más delgada la pieza, mejor, pero respetando unos grosores mínimos de seis o siete décimas. En este caso la pieza tiene unos grosores aproximados de un milímetro. Más en algún punto, menos en otro, con un peso aproximado de nueve gramos.
Vista posterior del Angel Lloroso.
Cuando se ha dejado a un peso aceptable, entonces hay que soldarle un gancho detrás para poder pasar una cadena. Es un gancho fijo en forma de asa, hecho con hilo de plata y soldado, carece de movilidad y permanece oculto detrás del angel. Ademas se coge una fresa de bola pequeña y se da el acabado rugoso caracteristico de estas piezas.
Vista posterior del Angel Lloroso, con gancho y acabado.     
Luego se le da el último pulido, en este caso han aparecido algunos poros, uno de ellos muy visible en la falda del vestido, que se ha tenido que tapar con algo de soldadura. En circunstancias normales, este tipo de problemas requeririan volver a repetir la pieza, pero en este caso tiene menos importancia por razones que luego se veran. Finalmente la pieza queda bien pulida y lista para la siguiente fase.
Angel que Llora tras el pulido.


jueves, 22 de octubre de 2015

El Angel que llora en metal.

La fundición de la pieza es estandar, a 580 grados centigrados y con todo el proceso de cocción y subida de temperatura habitual. Para cualquier consulta puede verse el de la pieza anterior. Una vez roto el yeso, limpiado el árbol y decapado, se sierran las piezas del árbol y se empiezan a repasar y pulir utilizando el equipo habitual en este caso: lima para retocar los bebederos, papel de lija de diversos granos, micromotor, buril para retocar rincones y dibujos.

Hay que quitar todos los arañazos, asegurarse de que los dos lados son lo más simetricos posibles y de que no han quedado microporos u oclusiones que den al traste con todo el trabajo realizado. Los pliegues del vestido son ahora muy fáciles de retocar, utilizando un disco de lenteja con el micromotor, dejandolos totalmente rectos y con caida. En la parte posterior, un lado del fondo de la falda ha quedado demasiado fino tras limar y esmerilar y se ha tenido que añadir soldadura para darle grosor.

Tras un esmerilado fino a 1200 después del repasado, y con un primer pulido a espejo, la pieza queda con los defectos más visibles y evidentes.

El Angel que Llora en plata.

Lo más visible son las alas, en una el dibujo ha quedado bien definido, pero con poca profundidad, en el otro lado las líneas son mucho más profundas, pero no han quedado bien dibujadas. Ademas una parte del cabello ha quedado lisa y sin dibujo. Ahora hay que retocarlo.

Para ello se usa una bola simple de engastador y un par de buriles. Las alas se pueden lijar para igualar las superficies y eliminar arañazos, pero resulta un tanto dificil por ser una pieza pequeña y que las alas en si son concavas. En todo caso la imagen del ala izquierda requiere incluso un poco de soldadura para rellenar algunas cavidades exageradas.

Con un soporte de madera preparado se calienta el lacre con un soplete y se coloca la pieza sobre él para que quede bien sujeta. Luego la pieza se atornilla en la bola de engastador y ya se puede mover a un lado y otro, girarla y situarla de la forma mas conveniente para realizar el trabajo.
El retoque a buril.

Para repasar las alas lo mejor es utilizar un buril fino aunque cada cual tiene sus particularidades, manias y experiencias. En este caso un buril de media caña del nº 4, es de los más fáciles de usar y se utiliza para prácticar. El problema es tener una buena vista para no desviarse y ver correctamente que se esta haciendo. Y si se escapa, pues papel de lija y a volver.
Primer plano del Angel en el fuste.

martes, 6 de octubre de 2015

Acabando el Angel Lloroso

El siguiente paso es definir bien todos los detalles posibles, volviendo a pasar un esmeril fino o un trapo por la pieza para eliminar los arañazos, pero con cuidado de no quitar detalles. Hay que retocar continuamente y eliminar todo el polvillo y viruta. El ala izquierda de la pieza no ha quedado muy bien, las plumas se ven diferentes de las del otro lado y por tanto se ha de rehacer bien frotándola con un papel de lija de agua de 600 para eliminar los defectos y las rayas mal hechas y luego con el punzón rehaciendo las plumas.

Se retoca el cabello para crear la impresión de mechones en desorden y se terminan de perfilar las alas y eliminar las señales más visibles de arañazos en las alas y la falda del vestido. El problema de la cera es que al ser blanda se raya con mucha facilidad con cualquier cosa, incluida otra figura de cera con la que se golpee o se raspe. Pero las señales de dientes de lima y de esmeril grueso hay que procurar eliminarlos.

Ademas de darle calor con un mechero o con el smoothy hay varias formas de dejar la pieza pulida, una de ellas es tan simple como usar un trozo de tela de ropa vaquera, que suele dar muy bien resultado. Si la pieza es lisa, al frotarla queda bien pulida. Si la pieza no es lisa (este es el caso) hay que usar otros medios. En este caso se ha cogido un pincel fino de tamaño medio (de pintor de caballete, no de brocha gorda) y se ha repasado la pieza con esencia de trementina. Deja un acabado brillante y pulido y se resaltan bien los defectos, y si se frota con un papel de secar, incluso se pueden eliminar muchos arañazos.

  
 
Una vez la pieza esta decente, entonces se procede al vaciado, que se hace por la parte posterior con una fresa de bola. Se suele usar una especial para ceras con bordes dentados como una gradina, que a poca velocidad vacia la pieza hasta dejarla a un espesor optimo. Para ver el progreso del vaciado lo mejor es poner la pieza a contraluz, a medida que se reduce la capa de cera, esta se va volviendo mas transparente y se peuden ver incluso los detalles de la cara anterior. Conviene no pasarse y si en algún lugar queda la pared demasiado delgada, añadir gotas de cera con el soldador.

Cuando ya esta la pieza acabada, entonces se puede cortar el mango con que se ha manejado, limar y lijar la parte inferior y proceder a soldarle un bebedero en la base. Ahora ya la pieza esta lista para la fundición y se suelda al árbol. El proceso es identico al que se describio en la figura del anillo de Alien.

Ya solo resta echar el yeso en el cilindro y una vez fraguado  ponerlo directo al horno para el cocido y posterior inyección del metal.

lunes, 5 de octubre de 2015

Modelando el Angel Lloroso 2

Una vez se tiene una mitad más o menos hecha, hay que pasar al siguiente lado usando el que ya esta hecho como referencia. No solo se repiten lo mismos pasos, sino que también se aprovecha para igualar las dimensiones, que los codos, hombros y alas queden a la misma altura. Los retoques más pequeños se tienen que hacer con una aguja fina, y las alas deben vaciarse para crear una sensación de hueco, con un escarbador de cera en forma de cucharilla. Para acentuar la sensación de que no es una pieza plana se liman por detras haciendo curva hacia el borde.
Final del desbastado
Cuando ya se tiene el cuerpo dibujado, entones hay que pasar a los detalles pequeños: las arrugas de la ropa, que tienen que alargarse más; las costuras del vestido, que se hacen con el punzón, rayando el pecho del ángel para dibujarlas; los pliegues que bajan hacia la cintura, dibujados con el punzón y un buril fino.

Luego viene la parte más complicada, que es hacer la cabeza. No cuesta mucho dibujar el pelo, haciendo vueltas de cabello con el punzón, ni tampoco la raya en medio y las líneas del pelo a ambos lados, junto con lo que en las fotos y el dibujo parece una cinta para el pelo (se usa un buril plano para quitar la cera y hacer el efecto). Pero hacer facciones es más complicado, sobre todo a este tamaño, aunque este con la cara tapada con ambas manos.

Un mal corte se llevo la nariz y hubo que tapar con una gota de cera, deshaciendo parte de trabajo de las manos. Con el punzón se dibujaron las manos y con el bisturi se corto la nariz en forma de triangulo (después de tres  intentos quedo bien). Un corte recto con la punta del bisturi ha dibujado la boca, y con el buril se ha profundizado el cuello para dibujar la mandibula.

Cuando ya ha estado hecho el modelado, se ha cepillado bien con un pincel fino para eliminar las virutas y el polvo de cera y se ha procedido a un primer alisado por calor, que ha sacado muchos defectos ocultos.
Primer alisado de la pieza
El siguiente paso sera alisarlo, eliminando los arañazos y marcas, y darle un mejor acabado, retocando los detalles.

jueves, 1 de octubre de 2015

Modelando el Angel Lloroso

Una vez esta la figura perfilada sobre la cera, el siguiente paso es recortarla, con cuidado y usando una sierra fina, y procurando hacerlo lo más recto posible. Si en algún lado el corte se va hacia adentro de la figura, hay que rellenar con el soldador de cera para evitar desplazamientos de la forma o, simplemente, que parte de esta desaparezca. Se retoca con una lima para quitar restos de cera adheridos y acabar de dejar los bordes rectos.
El Angel que Llora recortado.
Como es una pieza pequeña puede ser difícil de manejar, por lo que se puede hacer más grande y manejable por el simple procedimiento de soldarle un trozo de cera por debajo, como si fuera un mango.
Soldadura de un "mango".
Con una pieza ya más manejable, se va haciendo el perfil con ayuda del bisturí. Poco a poco se clava la punta y se va sacando cera, las rayas del vestido y las plumas de las alas se ahondan utilizando un bisturi. Es dificil no acabar borrando el dibujo, por lo que a medida que se ahonda se va rehaciendo, y se hace primero un lado, para poder tomar como modelo el otro, que es simétrico. Hay que rebajar en distintos planos: las alas en la parte inferior, el cuerpo en el intermedio y las manos encima, y ademas modelarlo para que no se vea una pieza plana.

Con el buril se profundiza el dibujo, con el bisturi se sacan lonjas de cera para redondear la figura y con una lima de media caña se quitan las aristas y se igualan las superficies del mismo plano, dejando un acabado uniforme. Si en alguna parte se escapa una herramienta y hace un desgarron, hay que taparlo con ayuda del soplete de cera, limar y dejarlo liso de nuevo. Poco a poco la pieza va adquiriendo la forma adecuada.
Modelando el cuerpo del Angel que Llora