miércoles, 28 de octubre de 2015

El Angel Lloroso finalizado.

Cuando ya se han grabado correctamente las alas, con un dibujo lo más simétrico posible y con cierta profundidad para que no se borren al primer pulido, se procede a calentar el lacre para soltar la pieza y a limpiarla con alcohol para eliminar restos de lacre. Luego hay que hacer un vaciado y acabado de la pieza.
Dibujando las plumas del Angel Lloroso

Para el vaciado se utiliza el micromotor, fresas de bola de distinto diametro según convenga y el dixiem, el instrumento para medir espesores. Con cuidado para no pasarse de la raya se va vaciando por detrás, adelgazando las paredes allí dónde tiene mayor grosor. Hay que procurar que no se escape la fresa para dejar la pieza señalada, ni tampoco pasarse y hacer un agujero. El vaciado se realiza para lograr un peso adecuado. Si se realiza en plata no tiene demasiados problemas, a 45 centimos el gramo, hay que pasarse mucho para que tenga efecto, aunque siempre es posible ahorrar algún euro. Cuanto más delgada la pieza, mejor, pero respetando unos grosores mínimos de seis o siete décimas. En este caso la pieza tiene unos grosores aproximados de un milímetro. Más en algún punto, menos en otro, con un peso aproximado de nueve gramos.
Vista posterior del Angel Lloroso.
Cuando se ha dejado a un peso aceptable, entonces hay que soldarle un gancho detrás para poder pasar una cadena. Es un gancho fijo en forma de asa, hecho con hilo de plata y soldado, carece de movilidad y permanece oculto detrás del angel. Ademas se coge una fresa de bola pequeña y se da el acabado rugoso caracteristico de estas piezas.
Vista posterior del Angel Lloroso, con gancho y acabado.     
Luego se le da el último pulido, en este caso han aparecido algunos poros, uno de ellos muy visible en la falda del vestido, que se ha tenido que tapar con algo de soldadura. En circunstancias normales, este tipo de problemas requeririan volver a repetir la pieza, pero en este caso tiene menos importancia por razones que luego se veran. Finalmente la pieza queda bien pulida y lista para la siguiente fase.
Angel que Llora tras el pulido.


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