miércoles, 4 de noviembre de 2015

El sello de la Cobra. El esbozo.

La nueva pieza es un sello con forma de cabeza de cobra. Y tiene una ventaja importante: en realidad es una pieza que ya hice anteriormente. Un encargo de un cliente, del que hice una pieza original, pero de la que no conserve ninguna foto ni de la cera, ni de la pieza hecha. Problemas de tiempo para conseguir una buena camara (de eso hace ya unos diez o doce años) y entregar la pieza comprometida. Eso si: cuando fundí el original, hice un molde del sello por si al ponerle el forro interior y repasarlo aparecían defectos, se perforaba o se fundia parcialmente la pieza, echando a perder todo el trabajo realizado. Asi que se puede hacer un modelo con cera de inyección... que no sale muy bien y que cuesta mucho de extraerlo del molde. Es una de las razones para volver a hacerlo.
Modelo de cera de inyectora, incompleto y sin colmillos.
Vuelvo a hacerla pero con algunas diferencias: la pieza original se hizo en oro, con un peso final de 24 gr (creo recordar), y para un dedo no muy grande. Ahora se han de hacer ajustes para determinar lo que se quiere conseguir. Veinticuatro gramos de oro era asequible hace diez o doce años, cuando el oro de 24 kts. rondaba los 9 o 10 euros el gramo, e incluso menos. Pero con la subida del precio del metal, simplemente se dispara para la mayoría de los bolsillos. La mayoría tienen otras prioridades de gasto.

El planteamiento ahora es hacer otro sello, para un dedo más grande y en plata, que actualmente es más barato y asequible a los bolsillos. Aunque teóricamente es lo mismo hacer un sello en oro que uno en plata (simmplemente varia el tipo de metal utilizado, el coste de fabricación y el precio final) a la práctica no siempre es así. Se debe pensar si se va a hacer en uno u otro metal, por que hay diferencias importantes en el diseño.

Los sellos de oro suelen llevar un forro interior y las paredes suelen tener unas pocas décimas de milímetro, generalmente entre dos y seis si son de matriceria, y entre cinco y ocho si son de fundición. A este grueso, a la hora de calcular la medida del dedo, hay que añadir el grueso del forro (entre dos y cinco décimas, para terminar de ajustar peso). El brazo no puede tener el mismo grueso si el anillo o el sello es para un número 10 ó 12, que para un 33 o un 34: con el mismo grosor y el mismo ancho, a mayor diámetro, más fácilmente se dobla (obviamente, tecnicamente si se puede hacer un brazo de mucho diámetro y poco grosor, otra cosa es la facilidad con que se doble). Además la plata es más blanda que el oro, si un milimetro es un grosor aceptable para un brazo de anillo de oro, en la plata necesita algo más, milimetro y medio o más.

Si la pieza se hace sin forro (hacer y soldar un forro, y repasarlo luego para que quede bien, requiere trabajo, especialmente si se hace artesanalmente, lo que en plata puede encarecerlo mucho), hay que calcular el brazo en consecuencia, y además tener en cuenta que si en oro las paredes tienen que ser lo más delgadas posibles para ahorrar peso, en plata si no hay forro las delgadas paredes pueden clavarse en la carne y hacer cortes feos. Los bordes interiores no pueden ser de decimas para evitar que el ususario se rebane el dedo con cualquier giro del sello.

Sellos de cera para plata (izquierda) y oro (derecha)
La misma pieza no pesa lo mismo en oro que en plata debido a la diferente densidad del metal. Con el peso de la cera se puede saber cuanto va a pesar en metal, con la proporción: 1 gramo de cera-10.5 gr. de plata-15.5 gr. de oro. Es una cifra teórica, porque cualquier fallo de la balanza hace oscilar el peso final. Un error de 0.1 gr. en cera supone un error de 1 gr de plata (unos 45 centimos más de coste y entre uno y dos euros al público), pero es de 1.5 gr en oro (a unos 25 euros al gramo de coste es un error de 38 euros de coste, sin impuestos, y cerca de 100 al público). Es recomendable hacer los cálculos un poco por arriba, con una proporción de 1-11 para la cera y 1-16 o 1-17 en oro.

El sello en plata, por tanto, debería pesar unos 16 gr en proporción, pero al requerir algo más de grosor en algunas zonas (brazo y bordes de las paredes interiores), subira de peso, aunque se ha de intentar mantener al mínimo. Ademas se puede intentar vaciar mejor la parte superior, dónde esta la cabeza de la cobra, para reducir el peso. En general con dejar un grosor de siete u ocho décimas se puede considerar bien, aunque medir gruesos en estas zonas es muy complicado, incluso con el dixiem.

Con todo esto en mente, se buscan fotos, una muestra del modelo original y se hace un esbozo de la parte superior de lo que hay que conseguir. Aunque existe un modelo en cera, siempre es bueno tener un dibujo mayor y más detallado. Así se pueden considerar mejor los detalles. El esbozo esta hecho en sanguina sobre papel gris, los contornos estan retocados con sepia, los ojos y el fondo de la boca con creta negra y las luces con tiza blanca.
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Esbozo sello de la Cobra.
Y ahora, con el modelo y las ideas claras, a hacer el prototipo en cera.

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