miércoles, 20 de julio de 2016

Sleepy Hollow. El jinete sin cabeza. La tapa.

Una vez tenemos la pieza fundida y repasados los bebederos, tras asegurarnos que no hay ningún defecto que invalide todo e ltrabajo, lo siguiente es soldar una tapa en la parte posterior. Queda más elegante y a los clientes no les gusta ver una pieza con aspecto de lata vaciada.

El primer paso para soldar la tapa es terminar la pieza, como a estas alturas aun no tengo claro si la tapa sera lisa o con dibujos y calada, es una precaución, y además servira para rebajar peso. Con el micromotor y una fresa de bola se repasa todo el interior hasta igualarlo y darle una apariencia más trabajada. Y ademas hay que alisarla bien para que la tapa quede plana, eso se hace con una buena lima, pero también con una mesa bien plana, papel esmeril de diferentes granos (320, 600 y 1200) y trabajo de brazo, frotando la pieza sobre el papel esmeril hasta que desaparecen todas las rayas.
Vista trasera de la pieza.
 El siguiente paso es simplemente trazar el perimetro de la pieza con un papel vegetal o de cebolla, dar la vuelta a este y con un papel de carbón dibujarlo sobre un papel normal. Con esto se obtiene una imagen invertida, con la que, en principio se puede trazar un dibujo para la parte posterior de la tapa.
Dibujando la tapa

 Pero debido a las dificultades para cuadrar el dibujo con la pieza (la parte de la capa molesta bastante para hacer un trazado exacto), al final opte por soldar la pieza a la tapa y hacer luego el dibujo en la misma, aunque esto pudiera ser mucho más complicado luego. Pero más exacto seguro que queda. Dibuje la silueta en la plancha de plata ya preparada y recorte, dejándola un poco más grande. Luego me asegure de que estuviera lo más lisa posible, la esmerile  y le di una primera pulida para ver si aparecía algún defecto. Seria horroroso que aparecieran poros, pieles u oclusiones cuando la tapa ya estuviera soldada
La tapa recortada.
La pieza encaja bien sobre la tapa, dejando un margen para errores y por si existe algún desplazamiento al soldarse. Para soldar una pieza tan grande el procedimiento es simple: se colocan pequeñas tiras de soldadura de plata sobre el borde de la pieza y a lo largo de la misma (cada centímetro y medio o dos), mojado con el fundente de soldadura (flux amarillo para soldar) y se calienta con el soplete para asegurarse de que queda pegado. Luego se da la vuelta a la pieza, se coloca sobre la tapa, asegurándose de que coincide totalmente y se moja todo el borde con fundente.
El jinete sobre la tapa
Ahora viene la parte más complicada: soldar las dos piezas. Desde luego, soldar una pieza tan grande con un soplete sencillo es una tarea improba. Pero se puede simplificar: en realidad las piezas tan grandes se sueldan con el soplete de fundir (un soplete grande con dos entradas, una para gás butano y la otra a un compresor de 50 litros en mi caso), dándole poca presión para no derretir la pieza. Poco a poco, se caliente la pieza y deshace la soldadura, que corre en todo el contorno de la silueta. Si hiciera falta se puede levantar un poco la pieza con una pinza para que el fuego entre por debajo, o usar una perruca de hierro, aunque en este caso no hizo ninguna falta. El propio peso de la pieza ayuda a deshacer la soldadura y a aplanar la tapa junto al calor, pero también podría ocurrir que alguna tira de soldadura no se deshiciera y complicara el trabajo.
Soldando la tapa al Jinete.
Una vez la pieza esta bien soldada, que ningun tramo queda con fisuras, y comprobando que toda la soldadura se ha fundido correctamente y sin dejar poros, se deja enfriar la pieza y luego se decapa con ácido. Cuando ya se ha deshecho todo el fundente cristalizado, se recorta el sobrante con una sierra (cuidando de que no se vaya y haga algun destrozo de última hora), y se lima hasta comprobar que no queda ninguna junta visible. En realidad las partes más difíciles se trabajan con el micromotor y una fresa cilindrica gruesa. El acabado se hace con una fresa diamantada cilindrica lo más gruesa posible. Luego hay que pasar el esmeril a fin de dejarla lo más lisa posible. Si quedara algún defecto visible en la junta de la soldadura, no quedaría más remedio que agujerear la pieza para volver a soldar, si se intentará tal cual, la tapa se hincharia como una lata puesta al fuego, al dilatarse el aire interior.
Vista posterior de la tapa soldada.
Esmerilar la pieza es bastante simple, solo hace falta una lima ancha y papel esmeril, y luego una superficie plana para poder colocar el esmeril boca arriba y frotar la pieza encima en circulos, hasta asegurarse de que no quedan rayas o marcas. Una vez se tiene la tapa soldada, recortada y esmerilada, lo que queda es pasarla por el bombo de pulir y dejarla unas cuantas horas para ver como queda, aunque parte del trabajo se ha hecho antes en la pulidora con un borrego y pasta blanca.
La tapa pulida.
Contra todo pronóstico inicial la tapa ha quedado perfectamente soldada, plana y sin ningún defecto, así que decido dejarla tal cual y abandonar el proyecto inicial de hacer una tapa calada y dibujada a buril. Se ve bien pulida, sin ninguna raya profunda y sin manchas de ningún tipo, aunque en la parte delantera, algunos rincones resultan dificiles de pulir por lo recondito de su situación. Ahora hay que darle el acabado necesario para que la pieza resalte. Desgraciadamente lo que más brillante queda es el tronco del árbol, cuando en realidad debería ser mate para que se viera mejor la silueta del jinete y la del caballo. Ahora hay que hacer texturas en la parte delantera para que se distinga bien cada parte de la figura.

El Jinete sin Cabeza.
En la foto se ve bien, de hecho mejor que en vista real, dónde los rincones sin pulir destacan muchisimo (entre las raices, bajo la pata del caballo bajo la barbilla del caballo y bajo las riendas, es dónde más destaca la falta de pulido). Pero aunque la mayor parte del trabajo esta hecho, aun queda un poco de trabajo para terminar bien la pieza.

lunes, 4 de julio de 2016

EL colgante de la madreperla. La Orla.

Con ayuda del micromotor se pueden hacer dibujos y desbastados, en este caso con una fresa cilindrica grande, con la que vamos haciendo surcos en la pieza. Cortamos de forma longitudinal, desde el centro hacia afuera, de forma eliptica. De esta forma vamos haciendo un galonado irregular.
Desbaste de la orla
 El siguiente paso sigue siendo el pulido fino con micromotor, a fin de acelerar el proceso, pero tambien con la lima y el papel de lija a fin de redondear las irregularidades y dejar unas formas más definidas y redondas, con el menor número de posible de marcas que luego deberan eliminarse en el acabado final, y las que se mantengan con el lijado en metal.
Pieza en el primer acabado.
 Ahora es el momento de empezar a ajustar el peso, obviamente una pieza asi ni siquiera se puede pensar en colgarla de una cadena, pesa casi 300 gramos sin la madreperla, lo que es mucho. Hay que rebajarla a unos límites más tolerables. Eso se hace con una fresa redonda grande y el micromotor, y con mucho cuidado para no hacer ningún agujero en la pieza. Poco a poco y con cuidado, y examinando la pieza contra la luz de la lampara para ver por dónde clarea más, se va rebajando el colgante. Ademas hay que procurar reproducir en la parte posterior el dibujo de la anterior y su galonado.
Vaciado del colgante.
 Esta operación solo precisa de cuidado y paciencia, pero tambien genera una enorme cantidad de viruta de cera y de polvillo fino. Las fresas especificas para cera pueden rebajar muy rapidamente, pero una fresa grande redonda tambien vale para esto, y de hecho la que he utilizado aquí, principalmente, es una fresa cilindrica de cabeza redonda, de tipo industrial para metal, que se vende en las ferreterias especializadas (o se vendía, la compre hace veinte años). Al acabar el cajón y la mesa estan cubiertos de viruta fina, desparramada por el micromotor.
Viruta del cajon.
 Una vez hecho un vaciado aceptable y rebajado el peso a unos mas manejables cien gramos (veinte arriba o abajo, más bien arriba según se calcule el peso de la cera), aparecen problemas imprevistos del colgante. Aunque inicialmente la pieza estaba perfectamente plana y la madreperla ajustada, ahora ya no es así. La madreperla asoma por debajo del colgante y el borde que era plano ya no lo es, de hecho presenta huecos a lo largo de la orla. Esto puede ser así por la tensión de la propia cera, que ha desaparecido al vaciarse, por que la parte posterior no era tan plana como parecía al ajustar la madreperla y luego recortar el sobrante, o por que al vaciar el colgante, con el calor del roce de la fresa, se ha deformado la pieza. O pueden ser las tres causas juntas. Pero es un problema que se tiene que arreglar antes de seguir adelante.
Borde de la pieza
 Aunque el colgante tenga detras una anilla  para pasar una cadena con que colgarlo y quede ligeramente levantado, la perla no puede asomar por debajo del colgante tal cual. 

miércoles, 8 de junio de 2016

El colgante de la madreperla.

Tras un periodo de inactividad, volvemos al tajo, y con una pieza si no muy llamativa, si con cierto interes: un colgante para una madreperla. Lo primero es la madreperla, sobre la que se va a construir el colgante, que debera ser una pieza que luzca y tenga cierta presencia. Hecho en plata y con el menor peso posible, dentro de su tamaño. La madreperla tiene unos seis centímetros y el colgante aproximadamente unos nueve, esta en el límite de lo posible para hacer una fundición, y de hecho va a quedar muy ajustado.

La madreperla.
Lo siguiente es encontrar un trozo de cera lo bastante grande. Los bloques cortados que venden habitualmente no son tan anchos y ademas tiene que tener cierta altura para evitar que la perla asome por detrás. La primera idea fue soldar dos bloques de 25,4 mm de grueso, lado a lado. Pero en un rincón encontro un bloque de cera que habia confeccionado de forma casera con retales de cera azul y una bandeja de cristal, en el horno de fundir.
El bloque de cera casero
 La primera fase es poner la madreperla encima y dibujar el contorno sobre la cera, como no se adapta plana, se hace un pequeño boquete en la cera con una fresa, para que encaje una de las perlas salientes y la pieza quede más plana y ajustada.
Se dibuja el contorno
 Entonces se perfora la plancha de cera y se procede a recortar con la sierra, siguiendo el perfil, pero dejando un margen para el reborde. Lo primero que hay que intentar es que la perla encaje bien dentro de un rebaje hecho en la cera y dejar un reborde en el otro lado (que sera la parte frontal del colgante) para que sujete la pieza, al menos en varios puntos.
Iniciando el rebaje para colocar la madreperla.
 
El hueco.
Esta  pieza es muy grande para trabajarla a mano, aunque podría hacerse. Lo mejor y más rápido es usar el micromotor. El que yo uso es el de joyero profesional, un Navfram. Pero para trabajar, sirve igualmente uno de más sencillo. La fresa es una de tungsteno, detipo industrial, que puede encontrarse en una ferreteria, pensada para desbastar. Es de bordes rectos y con la cabeza redondeada (iria mejor una totalmente recta y con cabeza plana). Con ella se rebaja el espacio entre lo recortado y el perfil para que encaje la madreperla. 
El encaje
 
Al final ha resultado imposible dejar un reborde adecuado, por que la madreperla no es plana y los bordes tienen diferentes alturas, que hacen que las partes más bajas, que son las que deben marcar donde tiene que ir la madreperla en el encaje, queden muy abajo, así que he acabado por quitar casi todo el reborde y pasar al plan B.
Vista superior de la madreperla en el encaje.
 Una vez bien ajustado el borde de la madreperla en el encaje, procurando que esta quede lo más plana posible, con el soldador de cera se procede a añadir material encima del nacar hasta cubrir el borde del mismo. En algunos lugares la madreperla sobresale varios milímetros por encima del bloque y hay que añadir bastante cera. También se trata de que quede un grueso margen para repasarlo luego y añadir detalles. Lo que sobre se podra eliminar posteriormente.
Reborde por adición de cera caliente.
Una vez se tiene el reborde y la cera esta solidificada, entonces se puede proceder a recortar lo que sobra del bloque de cera para hacer un colgante de forma ligeramente elíptica. Se repasa con una lima de cera y se redondea el reborde. En la parte superior trasera ira un hilo curvado para hacer de balia fija, por donde pasar una cadena.
Pieza desbastada.
Ahora se puede empezar a trabajar para darle forma y ornamentar la orla que rodea la madreperla, usando el motor para trabajar con rapidez. Hay que quitar mucho material, por que tal y como esta esta pieza pesar casi trescientos cincuenta gramos de plata. Hasta ahora la pieza se ha hecho sin dibujo, por que en realidad no hace falta, el encaje se tiene que hacer igualmente, y no precisa de ningun boceto ni nada. Y la verdad es que aquí se puede improvisar sobre la marcha si se tienen las ideas claras.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Las Palomas. Fundición y pieza acabada.

Una vez se tiene una pieza acabada, entonces se puede hacer la simétrica, si hace falta se utiliza un pie de rey o un compas para tomar medidas de una paloma a otra, usando los bordes como referencia. Ambas palomas tienen que tener el mismo tamaño, por lo que las distancias tienen que ser las mismas.
Las dos palomas terminadas
 Una vez estan terminadas las dos piezas con el modelado y los detalles viene la parte más delicada: vaciarlas para aligerar todo el peso posible. Con una fresa de bola, un dixem y mucho cuidado se vacían hasta dejarlas a unas milesimas de milímetro, procurando no agujerearlas y rebajando los bordes. Hay que tener cuidado por que al ser unas piezas delgadas, se corre el peligro de que se deformen.
Las dos piezas vaciadas.
 Cuando ya se ha conseguido rebajarlas al peso adecuado, en este caso a unos diez gramos en oro entre ambas (cinco cada una), se prepara el árbol. Se suelda los bebederos con cera plástica de inyectar y estos al árbol. Este es de muy poco peso, unos veinte gramos en total.
Arbol de fundición.
 El proceso de fundición ya esta explicado en varias otras entradas, se hizo una fundición normal, con subida programada de temperatura hasta los 745 grados y luego bajada hasta los 600. Siendo una pieza ligera, relativamente grande y bastante delgada, la temperatura es elevada para evitar que el metal se enfrie antes de llenar todos los huecos. Una vez fundidas las palomas, se cortan los bebederos y al primer repasado con un cepillo metálico y un rato en un bombo de pulir ya se puede comprobar como han quedado.
Las palomas fundidas en oro
El repasado de las piezas es el habitual, aunque se ha repasado toda la parte posterior con un bola de fresa para eliminar imperfecciones y salientes, dejándolo lo más liso posible. Y también se ha retocado el reborde para dejarlo al mismo espesor en todo el perímetro de la pieza. Para completar las piezas se ha soldado un hilo ovalado que hace de marco y evita que que las puntas (alas, cola y pico) puedan enredarse con la ropa o el cabello. A este hilo se ha añadido una anilla para poder colgar las palomas de los pendientes propiamente dichos.
Palomas terminadas.
 El ultimo paso ha sido retocar los detalles de las alas con un buril, haciendo un carreteado a lo largo de las plumas y ponerle una circonita en cada ojo.
Pendientes al completo.
El trabajo queda terminado y listo para ser entregado en condiciones. En las fotos las piezas se ven más bien blancas debido al pulido a espejo y al reflejo de la luz, aunque en realidad son de oro amarillo. A pesar de los retoques y después del añadido del hilo y las anillas, el peso final ha quedado por debajo de los diez gramos.

viernes, 29 de abril de 2016

El juego de sellos. Las piezas acabadas II.

Y por fin aquí están los dos últimos sellos del juego, que han quedado mucho mejor de lo que se podía esperar, vistos los defectos de fundición.

Ha habido que tapar los poros con soldadura, e incluso añadir algo de varilla de plata para cerrar algún boquete excesivamente grande. No servirían para venderlos, pero para prototipos y hacer el molde están más que perfectos.

Los dos sellos se han repasado y esmerilado, y luego se ha acabado el interior con una fresa de bola para dejar una superficie de oquedades distribuidas regularmente, y por fin se han pulido
Interior de los sellos.
El sello rectangular ha quedado notablemente bien, a pesar de la porosidad en una de las esquinas y de que se ha perforado la pared al retocarlo, lo que ha obligado a una soldadura en el interior del sello para taponarlo. Pero el esmerilado y el pulido solo ha sido una parte del proceso. Luego hay que darle un acabado adecuado. En primer lugar se ha esmerilado la tapa, y luego con un buril plano del 12 se ha retocado todo el dibujo, las esquinas y se ha carreteado el fondo. Esto escapa del modelado en cera, pero es indispensable para que las piezas queden bien acabadas. El problema de la joyeria es que hay que dominar muchas técnicas y que no siempre es posible, como se dice vulgarmente, aprendiz de todo, maestro de nada. Pero hay que dominar suficientemente las que nos hagan falta, o conocer a quién lo haga para que terminen nuestro trabajo.

El sello rectángular.
 El otro sello tambien ha necesitado de un buen repaso en soldadura, e incluso añadir un trozo de chapa en una esquina para tapar el desaguisado de intentar limarlo para hacer desaparecer los poros, lo que ha reducido una esquina y deformado la forma de televisor. Una vez recompuesto, se esmerila y se pule, y se reconstruye el dibujo del lateral, esta vez sobre metal (que es más duro que la cera y más difícil por que la chapa esta curvada). Luego con el buril plano se han dibujado los rayos del dibujo, procurando darle una apariencia brillante y lustrosa. Por último el fondo se ha matizado con una fresa de brillante para que contraste con el dibujo a buril y el pulido del propio lateral.
El sello de televisor.
 Y con estos dos, la colección de sellos queda completa. Ahora solo hay que hacer los moldes y hacer la fundición en serie.

domingo, 24 de abril de 2016

Las Palomas. Diseño y modelado.


Mientras se acaban los trabajos antiguos, entran otros de nuevos. Esta vez es un encargo para hacer unos colgantes articulados en unos pendientes. Dos palomas en vuelo. Son dos piezas simetricas, pequeñas y se tienen que hacer en oro, por lo que el peso es importante.

El primer paso es hacer el esbozo de lo que se quiere reproducir en cera, a fin de tener un modelo.
Esbozo de las palomas.
 Solo hace falta hacer un modelo, y no los dos simétricos, por que una vez tenemos el primer modelo, basta con escanearlo y, mediante un programa de retoque (hasta uno simple o gratuito puede servir), se hace el simétrico. Luego se unen en un mismo lienzo y se reduce hasta el tamaño adecuado para imprimirlo. Para hacer la pieza basta con un trozo de cera plano, en este caso de cera azul, debidamente alisado, y con el grueso adecuado. Si se hace en cera es por que se le puede dar volumen, de lo contrario se podría hacer directanente a metal, dibujandolo a buril y dándole un poco de forma con embutidores y una plancha de plomo, mediante repujado.
Plancha cera azul, alisada.

 La hoja de papel con las dos palomas enfrentadas se recorta y se sujeta con celo a la plancha de cera. A partir de aquí se puede marcar fácilmente la figura sobre la plancha de cera utilizando cualquier herramienta punzante o cortante. En mi caso use un bisturí, pinchando primero y luego cortando a lo largo de las líneas, de dentro hacia afuera.
Las palomas enfrentadas.
Una vez marcado y punzonado, se retira el resto del papel, quedando las dos figuras dibujadas sobre la cera, con suficiente profundidad para seguir y una muestra del dibujo, aunque vale la pena conservar el original para saber como seguir si se borran las referencias al trabajar la cera.
Figuras marcadas en la cera.
 Poco a poco se le puede ir dando profundidad a las dos palomas para marcarlas más, aunque lo mejor es simplemente recortarlas con una sierra fina y mucho cuidado.
Modelos recortados.
 Ahora con las piezas recortadas se puede empezar a dar volumen, las partes de la cabeza, las alas y la cola deben quedar mas reducidas de grosor, y una de las alas mas que la otra. El vaciado se hace con el bisturi y las formas de las plumas en alas y cola se marcan con una sierra fina para poder reproducirlas luego. Con un buril de punta fina se profundiza las marcas entre plumas.  Se redondean los bordes para bajar el nivel del grosor y se eliminan los angulos vivos, que no tienen sentido en la naturaleza. Al final el modelo queda desbastado y se pueden empezar a pulir los detalles que le van a dar formas de dos palomas simétricas.
Inicio del desbaste.
Para avanzar rapido en el modelaje de esta pieza lo mejor es el micromotor, con una fresa cilindrica un poco gruesa que permita rebajar y dar forma al volumen. Se reducen las zonas de la cola y de la cabeza, así como la unión con las alas. En el ala inferior se rebaja lo posible y se alisa con una lima fina de relojero. Luego se da forma al ala, que se muestra con una ligera elevación en la articulación para simular el movimiento de aleteo, como si el ala estuviera doblándose. Con un buril de punta fina se dibuja lo más precisamente posible el pico y el ojo. Y con un buril de punta plana y ancha se simulan las líneas de las plumas. El conjunto se alisa con un juego de papeles de esmeril para eliminar todas las rayas posibles, y con el granateador de fibra de vidrio. Lo cierto es que esta pieza es bastante menos complicada de hacer de lo que parece, siempre y cuando se tenga claro lo que se quiere hacer y como.
Paloma modelada versus paloma desbastada.

miércoles, 6 de abril de 2016

El juego de sellos. Las piezas acabadas I.

Bueno, tras una baja laboral más prolongada de lo previsto y de volver al trabajo para recuperar el tiempo atrasado, pongamos al día las piezas que quedaron  a medias. El colgante del Jinete sin Cabeza requiere un grabado a buril un poco complicado, por lo que vamos a tomarlo con calma para no hacer una chapuza y conseguir un trabajo bien hecho, y las piezas más sencillas que quedaban a medias se terminan para no dejar nada en el rincón.

El juego de sellos se completa mediante limado, burilado (es más sencillo), un buen esmerilado con papel de lija de agua, y luego un pulido con pasta blanca para plata a fin de dejar un acabado lo más fino posible. Las piezas que peor estaban han tenido que pasar por un proceso de añadir soldadura en los poros para taparlos, e incluso reconstruir alguna parte.

El sello escultorico quedo finalmente bastante decente, al menos para hacer un molde y las copias necesarias. Se ha pulido bien, tapado todos los poros con soldadura de plata, esmerilado y abrillantado. La tapa esta matizada con papel de lija para darle un acabado mate, así al grabar se veran las letras brillantes sobre un fondo matizado. Igualmente las tres rayas de cada lateral estan repasadas con buril y el contorno matizado con un fresa de diamante. El interior del sello se ha repasado con fresa de bola y acabado con un picado usando una fresa bola más pequeñ, para darle ese aspecto de panel de abeja.

Sello escultorico
El sello octogonal es de los que mejor han quedado, esmerilado y pulido sin ningún problema. Las rayas de los laterales se han oscurecido con patina para plata a fin de que contrasten con el resto del sello, aunque un grabador con práctica puede repasarlas para que queden con apariencia de metal cortado y con un brillo característico. Igual que en el ejemplo anterior, la tapa se ha esmerilado para darle un acabado mate y el interior con una fresa de bola.
Sello octogonal
 El tercer sello es el ovalado, igualmente sin ningún problema, al menos en la fundición. Al repasar parte de las líneas de su dibujo se han difuminado, lo que ha hecho necesario repasarlas con buril, cuidando de no pasarse y hacer alguna raya indeseada. La tapa se ha repasado con esmeril, sin pulirla después, y parte del dibujo se ha matizado con una fresa de diamante y mucho cuidado.
Sello ovalado
 Ahora quedan los otros dos, el rectangular y el de televisor, especialmente el primero, que si han tenido problemas más importantes, pero que en todo caso serviran para conseguir un molde.

lunes, 14 de marzo de 2016

Sleepy Hollow. El jinete sin cabeza. La pieza en metal.

Una vez la pieza se ha limpiado de yeso, se recortan todos los bebederos y se procede a su limado y alisado. Los bebederos no deben situarse en lugares de detalle para evitar borrarlos (a ser posible). La pieza también tiene muchos detalles que impiden hacen un repasado general a esmeril. Los principales detalles retocados son la mandibula inferior del caballo, que en metal se veía un poco más ancha que la superior y la rodilla superior, dónde se apreciaba una protuberancia poco estética.

La pieza se echa en el bombo de pulir y se deja cuantas más horas mejor (de hecho estuvo más de seis horas dando vueltas entre palillos, satelites y bolas de acero mezcladas con agua jabonosa). Y mientras da vueltas, se puede ir preparando la siguiente fase. Tener la pieza fundida no implica que este acabada, aun quedan algunas partes del proceso. Uno de ellos es poner una tapa en la parte posterior y para eso hace falta una plancha de plata bastante grande.

Se puede comprar o se puede estirar en una laminadora, si bien cuanto más grande y delgada sea, más difícil sera que quede completamente plana. Para aplanarla, una vez tiene las medidas adecuadas y que no sea excesivamente abombada, se coloca dentro de un diario o una revista sobre una superficie metálica (como un yunque) y se aplana a golpes con un martillo de teflon para no dejar marcas.

La plancha para la tapa
La plancha se recuece con un soplete y se esmerila, y no va mal darle un primer pulido, de esta forma se pueden apreciar si aparecen defectos en este momento (y no luego cuando este soldada a la pieza en cuyo caso habría que desoldarla y cambiarla de nuevo). Luego solo habra que decaparla de nuevo en acido, colocar la pieza encima y dibujar el contorno con algo de margen (unos pocos milímetros de más).

Al sacar el Jinete del bombo tras varias horas de dar vueltas ya se puede apreciar mejor la pieza con un tono brillante, por delante y por detrás, y ver si han aparecido más poros, pieles o defectos. En este caso no ha sido así, la pieza ha quedado bien y solo resta colocar la tapa, volver a pulirla y darle el acabado final. Se puede apreciar que queda muy brillante, pero eso hace que los contornos y detalles no se distingan.

Vista posterior del jinete.
 
Vista delantera del Jinete.

lunes, 22 de febrero de 2016

Sleepy Hollow. El Jinete sin Cabeza. La fundición.

Con la pieza ya acabada en cera, se monta el árbol. Aunque en este caso la pieza es más grande de lo habitual y más pesada. La base de goma es la de un cilindro de 10 cm de diametro (la mayor que admite la máquina centrifuga que tengo) y el bebedero de la base esta hecho con tres piezas, una al centro y a cada esquina las otras dos. Además hay que montar bebederos adicionales de cera por el borde de la pieza hacia las partes que están separadas del tronco principal (ramas y pata de caballo) para asegurar una correcta evacuación de la cera y una buena entrada del metal. Muchas piezas gruesas no salen bien por que los bebederos son demasiado estrechos para la cantidad de plata que se debe utilizar.

 
Vista lateral de los bebederos adicionales.

Vista desde el otro lado.

Vista trasera. Aquí se ven los tres bebederos de la base.

Vista frontal de la pieza montada en el árbol.
Una vez montada la pieza con todos los bebederos, se hace la colada de yeso. En este caso el cilindro se rellena con 1.3 kg de yeso, y en la parte superior del cilindro se añade una banda de papel cogida con una goma para retener el sobrante de yeso. En teoría, cuando se seca el yeso esta parte debe quitarse y dejar el yeso raso con el borde de metal, pero la pieza es tan grande que casi asoma por la parte superior y eso dejaría muy poco grueso. La inyección de plata al centrifugar rompería el techo de yeso y saldría el metal por detrás. Por tanto se conserva ese grueso adicional, rebajándolo lo suficiente para que entre en el soporte del cilindro.
 
Cilindro con añadido de yeso en la parte superior.
 Cuando esta bien seco se introduce en el horno. En este caso es un programa largo, con una subida muy lenta y paradas muy largas a 150 y 200 grados (puse 4 y 2 horas respectivamente) para asegurar la salida de toda la cera. La temperatura final para estabilizar el cilindro es de 560 grados. Aunque los manuales dicen que la temperatura debería ser muy inferior, hay partes muy delgadas que podrían no salir a esa temperatura (como los estribos o las riendas).
Cilindro grande en el horno a 745 grados.
 Mientras tanto se prepara la plata para la fundición, en total 210 gramos, que se funde aparte con plata fina y liga de plata antioxidante. Aquí es importante no cometer errores, aunque los bebederos de la base dan cierto margen para apurar peso, pero cuanto menor, más posibilidades de que todo salga correctamente.
La plata para la fundición.

 El principal problema a la hora de centrifugar el cilindro es colocar correctamente el contrapeso. No solo es un cilindro grande con la plata (que es un peso moderado) sino tambien con un añadido de yeso, si se calcula mal las vibraciones podrian estropear la pieza o crear aguasque no se pueden eliminar. Cuando la centrifugadora se pone en marcha, debe estar sobre un suelo estable y sin sacudidas.
Centrifugadora en marcha con el cilindro
 En teoria la centrifugadora debe estar unos diez minutos, pero por si acaso permaneció dando vueltas media hora larga, para asegurar que la pieza se enfriara adecuadamente y no hubiera contracciones bruscas en la pieza al introducirla luego en agua. Al sacarlo ya se puede ver que tiene el botón con suficiente metal y que no hay fracturas en la parte superior del yeso.
Parte inferior del cilindro con el botón del árbol.
 Luego hay que introducir el cilindro en el agua, y rascar con una navaja la capa de yeso. Aunque el exterior esta frío, al introducir y sacar el cilindro del agua a medida que se va rascando, el yeso se rompe por contracción. El interior sigue suficientemente caliente como para reaccionar.

Inmersion del cilindro en agua.
 Poco a poco la capa de yeso se va rompiendo y la pieza asoma por arriba y por abajo mientras termina de enfriarse.
Parte superior de la pieza, asomando por el yeso.
 Cuando ya se puede sacar la pieza entera se limpia de yeso con un cepillo de plástico. Lo cierto es que ha quedado muy bien. El principal defecto son algunos microporos en la pata adelantada. Ahora ya se puede recortar y repasar la pieza según metodos habituales en joyeria.
El jinete, recién sacado del yeso.